Un comando compuesto en su mayoría por ciudadanos colombianos, entre ellos seis exmiembros del Ejército Nacional, habría participado en el asesinato, el miércoles en la madrugada, del presidente de Haití, Jovenel Moise.
Como se sabe, el mandatario fue abatido por un grupo de hombres fuertemente armados que irrumpió violentamente en su residencia en Puerto Príncipe. Su esposa, Martine, sobrevivió a la agresión y se recupera en Miami. Los atacantes se hicieron pasar por un comando de la DEA, impactaron en doce ocasiones al gobernante asesinado y, según las autoridades haitianas, se notaba que estaban entrenados y hablaban español e inglés.
Según informó anoche el director general de la Policía Nacional haitiana, Leon Charles, al menos 28 atacantes (26 colombianos y dos estadounidenses de origen haitiano) participaron del asesinato, precisando que ocho de ellos estaban aún prófugos.
“Arrestamos a 15 colombianos y a dos estadounidenses de origen haitiano. Tres colombianos murieron y otros ocho están sueltos”, dijo Charles en una conferencia de prensa.
Extrañamente el miércoles en la noche se había indicado que la Policía había ultimado a cuatro sospechosos y no a tres, como ayer indicó Charles.
El mismo alto funcionario también dijo que “se recuperaron las armas y materiales utilizados por los atacantes” y prometió intensificar la búsqueda “para atrapar a los otros ocho mercenarios”.
Durante la conferencia de prensa, varios de los sospechosos estaban alineados contra una pared para exhibirlos ante los medios, con pasaportes colombianos y armas colocadas sobre una mesa.
“Ya tenemos a los autores físicos y estamos buscando a los intelectuales”, había dicho más temprano Charles.
Hasta anoche habían podido ser identificados por las autoridades haitianas, según varias agencias de prensa internacional, cuatro de los colombianos, con los nombres de Alejandro Giraldo Zapata (01-04-1980); John Jairo Ramírez Gómez (17-05-1981); Víctor Albeiro Pinera Cardona (02-07-1981); Manuel Antonio Groso Guarín o Mauricio Groso Guarín (19-04-1980). También se confirmó la identidad de Joseph Vincent (28-09-1965, estadounidense de origen haitiano); y James Solages (19-08-1985, estadounidense de origen haitiano).
Máxima colaboración
Entre tanto, el ministro de Defensa colombiano, Diego Molano, dio anoche una rueda de prensa en Bogotá en la que confirmó la implicación de ciudadanos de nuestro país en el crimen.
“Frente al magnicidio del presidente de Haití en el día de hoy (ayer) la Interpol ha solicitado oficialmente información al gobierno colombiano y a nuestra Policía Nacional sobre los presuntos responsables de este hecho. Inicialmente la información señala que son ciudadanos colombianos, (algunos) miembros retirados del Ejército Nacional”, precisó.
Molano agregó que se dio instrucciones al Ejército y la Policía para que de inmediato se preste la colaboración en el desarrollo de la investigación y el esclarecimiento de estos hechos. “Toda la disposición de nuestra Fuerza Pública con la hermana república de Haití”, puntualizó.
A su turno, el director de la Policía, general Jorge Vargas, indicó que se trataría de dos suboficiales retirados del Ejército, así como de cuatro exsoldados.
Dos de ellos “habrían muerto en un procedimiento de la Policía Nacional de Haití”, precisó Vargas.
Agregó que se enviaron correos en donde “el presidente Iván Duque ha dado la instrucción para prestar todo el apoyo científico, criminalístico para dar con los responsables de este hecho. Se están haciendo todas las verificaciones para enviar un informe completo a las autoridades de Haití. Se conformó un equipo de analistas e investigadores para recolectar toda la información solicitada y ser enviada a la oficina central de Interpol en Puerto Príncipe”.
Entre la información que se remitirá está la de las fechas de salida del país, vuelos, antecedentes financieros y otros datos.
Entre tanto, el comandante del Ejército Nacional, el general Enrique Zapateiro, anunció que los organismos de contrainteligencia e inteligencia castrenses ya estaban recolectando todos los datos de los exmilitares para remitir la información a las autoridades de la nación caribeña.
A su turno, la vicepresidenta y canciller Marta Lucía Ramírez, confirmó la colaboración de las autoridades colombianas en la investigación y pidió que la justicia haitiana proceda con todo el rigor y la contundencia. “Que les caiga todo el peso de la justicia, porque Colombia no puede de ninguna manera resultar en los titulares de la prensa internacional por cuenta de unos criminales y unos sicarios”, dijo a Caracol Radio anoche.
“¿Dónde estaban?”
Ante las fallas evidentes en la seguridad presidencial, la fiscalía de Puerto Príncipe ordenó interrogar a los dos responsables de la seguridad del mandatario.
“Si eres responsable de la seguridad del presidente, ¿dónde estabas? ¿Qué hiciste para evitarle este destino al presidente?” se preguntó Me Bed-Ford Claude, comisario del gobierno de Puerto Príncipe y encargado de iniciar los procedimientos judiciales en nombre de la sociedad haitiana.
Haití, que antes del magnicidio ya estaba sumida en una profunda crisis política y de inseguridad, asolada por bandas criminales, se encuentra bajo gran tensión y al borde del caos.
Tiendas, bancos, puestos de gasolina y pequeños comercios cerraron sus puertas. Y República Dominicana, país con el que Haití comparte la isla La Española, cerró su frontera.
El Gobierno haitiano pidió ayer la reapertura del aeropuerto, que debería ser efectiva el viernes, así como la reanudación de la actividad económica.
Además de las interrogantes sobre los autores intelectuales del magnicidio, se suman las referentes al futuro de Haití, empezando por su gobernanza.
Como se dijo, el país ya estaba sumido en una crisis institucional. Moise no convocó a elecciones tras su arribo al poder en 2017 y también carece de Parlamento desde enero de 2020.
Acusado de inacción ante la crisis y enfrentado a buena parte de la sociedad civil, Moise gobernaba principalmente por decreto.
Ahora, el país más pobre de las Américas carece de presidente y de Parlamento activo, mientras dos hombres afirman estar al mando y se disputan el cargo de primer ministro.
Una de las últimas decisiones políticas de Moise fue designar el lunes a Ariel Henry como nuevo primer ministro. Pero este aún no había asumido el cargo.
Y horas después del asesinato, fue el primer ministro en funciones, Claude Joseph, quien impuso el estado de sitio y reforzó las potestades del Poder Ejecutivo. Se supone que esto último debería durar 15 días. /EL NUEVO SIGLO – AFP.
Fuente y Fotografía Elnuevosiglo.com