Un nuevo bombardeo aéreo de la coalición liderada por Estados Unidos este viernes al amanecer dejó al menos 80 muertos, incluidos 33 niños, entre las familias de combatientes del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en una ciudad del este de Siria.
Este nuevo balance se anuncia en el mismo momento en que el Alto Comisionado de Derechos Humanos exhortó el viernes a “las fuerzas aéreas de todos los Estados” que intervienen en Siria a distinguir mejor “a los civiles de los blancos militares”, subrayando que los yihadistas se mezclan con la población y les impiden huir.
Según fuentes médicas y civiles del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), “estas familias estaban refugiadas en el ayuntamiento de Mayadin”, ciudad controlada desde 2014 por el EI y cercana a la frontera iraquí.
“Es el balance más importante de un bombardeo contra familias yihadistas en Siria”, afirmó a la AFP Rami Abdel Rahman, director del OSDH, que dispone de una extensa red de fuentes civiles, médicas y militares.
La ciudad de Mayadin acogió en los últimos meses a numerosos desplazados procedentes de Irak y de la ciudad siria de Raqa, donde las fuerzas locales llevan a cabo sendas ofensivas respaldadas por la coalición internacional.
El nuevo ataque se produce solo horas después de la muerte de 37 civiles, en su mayoría familiares de yihadistas, en esta misma ciudad y también en un bombardeo de la coalición el jueves por la noche, según el OSDH.
Según esta oenegé, la coalición internacional antiyihadista llevó a cabo entre el 23 de abril y el 23 de mayo sus ataques aéreos más mortíferos para los civiles en un periodo de un mes en Siria.
A principios de abril, el presidente de Estados Unidos Donald Trump prometió “destruir” al EI y “proteger a la civilización”.
La coalición empezó a bombardear al EI en Irak en agosto de 2014 antes de extender sus operaciones a Siria el mes siguiente.
Fuente y Fotografía ElEspectador.com