Donald Trump llevó este miércoles su discurso electoral contra la inmigración a nuevas cotas, con la amenaza de movilizar hasta 15.000 efectivos a la frontera, en un momento en que se acercan varias caravanas migratorias.
A menos de una semana para las elecciones de medio mandato que se anuncian reñidas y en las cuales el oficialista Partido Republicano podría perder el control del Congreso, Trump ha buscado colocar la inmigración como eje del debate político.
Mientras más de 5.000 efectivos fueron movilizados por el Pentágono a la frontera sur y el presidente estadounidense presiona a México para que frene el paso de migrantes centroamericanos, Trump anunció que el contingente podría subir hasta 15.000 agentes.
“Con respecto a la caravana de migrantes, nuestros militares están desplegados. Tenemos 5.000 y vamos a ir hasta 10.000 o 15.000”, declaró desde los jardines de la Casa Blanca antes de viajar a Florida para un mitin político.
La gestión de la seguridad en la frontera sur en general no involucra a tropas en servicio activo y un contingente de 15.000 personas equivaldría a la movilización de Estados Unidos en Afganistán.
Durante el día, Trump reiteró su voluntad de abolir el derecho constitucional a la ciudadanía para los hijos de migrantes nacidos en territorio estadounidense.
Este derecho está consagrado en la 14º Enmienda de la Constitución y una reforma constitucional requiere una mayoría de dos tercios del Congreso.
“El llamado derecho de ciudadanía por nacimiento, que le cuesta a nuestro país miles de millones de dólares es muy injusto para nuestros ciudadanos, va a terminar de una forma o de otra”, dijo Trump en Twitter.
“¡Este caso va a ser resuelto por la Corte Suprema!”, prometió.
La argumentación de Trump es que la enmienda habla de las personas sujetas a la jurisdicción y que esto tiene excepciones, por ejemplo el caso de los hijos de diplomáticos.
El debate remeció también al Partido Republicano y el martes Paul Ryan, jefe de la Cámara de Representantes, dijo que este derecho no se puede abolir con una orden ejecutiva.
Trump le respondió este miércoles a su correligionario diciéndole que mejor se centrara en retener la mayoría republicana en el Congreso.
“Paul Ryan debería concentrarse en retener la mayoría en lugar de dar su opinión sobre el derecho a la nacionalidad por nacimiento, un tema del cual no sabe nada”, afirmó el presidente estadounidense.
La Liga de Ciudadanos Latinos Estadounidenses (LULAC) prometió que demandaría ante la justicia cualquier intento de socavar el derecho de suelo.
El Departamento de Seguridad Interior (DHS) describió la situación actual en la frontera como una “crisis sin precedentes”.
Sin embargo, según sus propios datos, el número de inmigrantes ilegales interceptados en 2018 fue de 400.000, frente a una cifra de 1,6 millones de personas en el año 2000.
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“Aquí ya no hay esperanza”
La pobreza y la violencia en el llamado Triángulo del Norte centroamericano (El Salvador, Honduras y Guatemala), ha empujado a huir a familias enteras, y en muchos casos a niños solos que emprendieron un peligroso viaje hacia Estados Unidos.
El 13 de octubre una caravana de migrantes que salió de San Pedro Sula, en Honduras, tuvo una gran repercusión mediática y captó la atención de Trump, que desde entonces se ha referido al tema casi a diario.
Según la ONU la caravana llegó a tener 7.000 migrantes pero el lunes las autoridades estadounidenses estimaron que estaba compuesta por unas 3.500 personas que actualmente avanzan por el estado de Oaxaca, en el sur de México.
Un segundo grupo de migrantes, conformado por cerca de 2.000 personas, avanza actualmente por Chiapas, el estado mexicano que limita con Guatemala.
En su salva de tuits matinales, Trump también se refirió al rol de México a la hora de frenar a los migrantes que salen de Centroamérica.
“Las caravanas están formadas por algunos guerreros muy curtidos y otras personas (…) Los soldados mexicanos heridos, no pudieron o no quisieron detener la caravana”, dijo. “Deberían detenerlos antes de que lleguen a nuestra frontera pero, ¡no lo harán!”, advirtió.
A esas dos caravanas, se suman una marcha de salvadoreños que salió el domingo de su país y otros dos grupos que suman 2.000 personas que partieron este miércoles de San Salvador.
“Aquí ya no hay esperanza, desde febrero quedé desempleado, y mi esposa desde mayo, por eso ambos decidimos migrar”, contó Anthony Guevara a la AFP.
Para la encargada de asuntos migratorios del Instituto de Derechos Humanos de Universidad Centroamericana (IDHUCA) de San Salvador, Karen Sánchez, el país está ante una “migración forzada” sin precedentes.
“Las personas no tienen más oportunidades de vivir con derecho a la seguridad, al trabajo, es decir con el derecho a una vida digna”, afirmó.
Fuente y Fotografía AFP archivo