Si bien la puja por la sucesión de Iván Duque en la Casa de Nariño será entre el candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro, y el aspirante independiente Rodolfo Hernández, gane quien gane ninguno de ellos tiene, por ahora, bancada mayoritaria en el Congreso.
Se trata de un hecho que tiene amplias implicaciones políticas, sobre todo de cara a la mayor o menor posibilidad de poder conformar una coalición mayoritaria que le permita al próximo Gobierno tramitar las reformas legales y constitucionales que han prometido en campaña o que, sin duda alguna, resultan urgentes en temas políticos, económicos, sociales e institucionales.
Si bien la coalición del Pacto Histórico tiene la bancada electa más votada en el Senado, con 19 escaños, y alcanzó a conquistar 25 en la Cámara, es evidente que no tiene cómo conformar un bloque mayoritario en el Legislativo por sí sola.
Las cuentas son claras: el Pacto podría conformar una bancada de centroizquierda en el Senado así: 19 escaños de su partido, dos de los indígenas, cinco más del partido Comunes (exFarc). Esa es la base de la coalición de izquierda, con 26 curules. Incluso si Petro pudiera convencer a la Centro Esperanza (que logró elegir 13 senadores) de entrar en un eventual bloque parlamentario, ya sea gobiernista o de oposición, la cuenta se elevaría a 39 puestos, claramente insuficiente para imponer criterios para aprobar o bloquear proyectos de ley o acto legislativo, definir mociones de censura o inclinar la elección de magistrados, Procurador o Contralor General, por ejemplo.
En cuanto a la Cámara, el panorama también es muy complicado para el petrismo. Aunque logró debutar con 25 plazas y tendría el apoyo de los cinco escaños de Comunes, la mitad de los nuevos representantes de las 16 curules de paz y más de una decena de parlamentarios de minorías étnicas y partidos pequeños, e incluso el titular del escaño de colombianos en el exterior, ese bloque no estaría más allá de 50 o un poco más de puestos, suma insuficiente para dominar una corporación legislativa de 188 integrantes.
Si bien el candidato del Pacto Histórico ha recibido durante las últimas semanas el apoyo de parlamentarios liberales, verdes y de otras facciones, la mayoría de ellos no se presentaron a la reelección el pasado 13 de marzo o se ‘quemaron’ en las urnas. Solo muy pocos electos, sobre todo de la Alianza Verde, han oficializado su respaldo al aspirante presidencial, pero es claro que, al amparo del Estatuto de Oposición y de la Ley de Bancadas, esos apoyos solo se refieren a la recta final de la contienda presidencial pero no a lo que pueda pasar a partir del 20 de julio, una vez se posesione el Congreso electo.
Hernández, a su turno, solo tiene dos representantes a la Cámara santandereanos elegidos por su partido, la Liga de Gobernantes Anticorrupción, mientras que en el Senado no tiene un solo escaño. Aunque en las últimas semanas recibió algunos respaldos de senadores y representantes a la Cámara electos, lo cierto es que el presentarse como un candidato independiente y ajeno a las “maquinarias políticas” le ha restringido la posibilidad de sumar más adhesiones de congresistas.
¿Entonces?
En vista de lo anterior, resulta evidente que las mayorías del Congreso que se posesionará el próximo 20 de julio no están hoy por hoy con Petro o con Hernández. Sin embargo, ese panorama cambiará ahora que las colectividades deben definirse por alguno de los dos en la puja por la Casa de Nariño.
Como se sabe, a Federico Gutiérrez lo venían acompañando los 15 senadores conservadores, los 15 liberales oficialistas, 13 uribistas, 10 de La U y podría decirse que dos de los 4 electos por MIRA-Colombia Justa y Libres. Esto daría una sumatoria de 55. Si bien el partido Cambio Radical, que en el Senado eligió 11 escaños, no concretó una alianza con el candidato de Equipo por Colombia que ayer no alcanzó a pasar a segunda vuelta pese a sumar más de 5 millones de votos, es innegable que esta es una votación marcadamente de centroderecha, es decir que difícilmente haría una coalición con el petrismo.
En la Cámara el panorama es similar: liberales (32), conservadores (25), Centro Democrático (16), La U (15) y MIRA-Colombia Justa y Libres (1) venían con Gutiérrez, conformando un bloque mayoritario al contar en sus filas con casi 90 escaños, sobre 188 posibles. De nuevo aquí no se suman los 16 electos por Cambio Radical.
Como se dijo, si bien la Coalición de la Esperanza tiene electos 13 senadores y 11 representantes a la Cámara, una parte de estos apoyó hasta último momento a Fajardo y otros se fueron con Petro, sobre todo después de que el partido base, la Alianza Verde, decidió dar libertad a su bancada para optar por cualquier candidato presidencial alternativo en la primera vuelta.
¿Entonces?
Ahora bien, el que Petro ni Hernández tengan hoy mayorías en el Congreso electo, en modo alguno significa que de cara a las alianzas que puedan hacer para esta segunda vuelta o después de conocerse el nuevo Presidente de la República, no puedan concretar un bloque parlamentario fuerte.
Es claro que los partidos que apoyaron a Gutiérrez son marcadamente antipetristas y podrían inclinarse por respaldar al exalcalde de Bucaramanga con tal de cerrarle el paso a un gobierno de izquierda en Colombia. De hecho anoche ya el ahora excandidato de Equipo por Colombia anunció que votará por el exmandatario de Bucaramanga. Aunque lo hizo a título personal, es claro que se trata de un hecho sintomático de lo que podría pasar con los partidos que lo venían respaldando.
Esta semana, según las consultas que anoche hizo EL NUEVO SIGLO con directivos de varias de esas colectividades, habrá reunión de directorios y bancadas con el fin de evaluar los resultados de los comicios de ayer y tomar decisiones respecto a si plantearán o no una alianza con Hernández o dejarán a sus militantes en libertad de apoyar a cualquiera de los dos aspirantes de cara a la elección del 19 de junio.
Cambio Radical, igualmente, estará tomando una decisión en los próximos días, obviamente bajo el criterio de su jefe natural, el ex vicepresidente Germán Vargas Lleras.
También está pendiente una reunión de la Centro Esperanza respecto a qué camino tomará frente al balotaje presidencial. Como se dijo, la Alianza Verde dio libertad a sus dirigentes para la primera vuelta pero falta por conocerse qué pasará en cuanto a la segunda.
Es claro también que así algunas colectividades llamen a votar por alguno de los dos candidatos, ello no necesariamente comprometerá el que, después de resolverse el nuevo titular de la Casa de Nariño, acepten o no entrar en una coalición gubernamental o terminen declarándose como partidos independientes o de oposición, para lo cual tiene plazo hasta unos días después de la instalación del nuevo Congreso el 20 de julio.
Todo esto depende de negociaciones políticas, de cuotas de poder y de pactos sobre la agenda legislativa que solo tendrán lugar cuando se conozca quién será el sucesor de Duque, y no antes. Además, en estas tratativas también estará sobre la mesa la elección de las mesas directivas del Senado y la Cámara durante el cuatrienio.
Por ahora, entonces, habrá que esperar el rumbo de esta segunda vuelta. Hasta el momento lo único claro es que ninguno de los dos candidatos que siguen en competencia tiene mayorías en Senado y Cámara, un fenómeno político que no se veía desde hace muchos años.
Fuente y Fotografía Elnuevosiglo.com