Nairo Quintana tenía en su cabeza que el 24 de julio de 2016 estaría vestido de amarillo en los Campos Elíseos, en lo más alto del podio y oyendo el himno de Colombia mientras una bandera tricolor era ondeada por el viento parisino. Seguramente se había visualizado entrando a la meta, a pocos metros del arco del triunfo, abrazado con sus compañeros del equipo Movistar. Él siendo el centro de atención, con una sonrisa inmensa en su rostro y acompañado de su esposa Paola, su hija Mariana y sus padres Luis y Eloisa. También, durante el último año, se imaginó cómo sería ese paseo del triunfo, con una copa de champaña en su mano, brindando porque se hacía realidad su sueño amarillo. Obviamente el momento cumbre, levantando el trofeo con un brazo y sosteniendo un ramillete de flores con el otro, como lo han hecho tradicionalmente los grandes campeones del Tour de Francia. Pero todo eso se quedó en el imaginario de Nairo Quintana, en esta edición no se pudo hacer realidad y quien vivió todo eso fue nuevamente el británico Christopher Froome, quien por tercera ocasión se coronó campeón de la carrera más importante del ciclismo de ruta en el mundo.
Claro que Nairo fue parte de la fiesta. Terminó en el tercer lugar de la carrera, después de las 21 etapas, y por eso subió al podio junto a Chris Froome y el francés Romain Bardet, quien fue segundo. Además, el colombiano logró el título con el Movistar del mejor equipo del Tour y por eso ascendió nuevamente al podio alzando a su pequeña hija. “Haber subido al podio por tercera ocasión (en tres participaciones) quiere decir que cada vez estamos más cerca de ese gran objetivo de ganar el Tour. Veníamos con una gran ilusión, pero no se nos han dado las cosas. Ver a tantos colombianos acá me motiva para seguir esforzándome cada día para cumplir ese sueño que tengo”, dijo Nairo en diálogo con Caracol TV.
Y es que como lo destacó cuando vio que Froome era imbatible en esta edición del Tour, él apenas tiene 26 años y le quedan varios intentos por ganar esta carrera. “El balance es positivo. Veníamos con un objetivo más grande y ambicioso, pero tenemos años para seguir probando. Un podio en un Tour es muy significativo, es la carrera más importante que hay, estoy muy contento”, comentó.
En esta edición el boyacense ha aparecido más lejos que nunca de Chirs Froome, su gran rival. Fue incapaz de ponerlo en dificultades, se resignó a seguir su rueda mientras pudo y a limitar las pérdidas cuando Froome pasó al ataque. El Nairo que se esperaba ofensivo en la última semana fue un ciclista mermado por una alergia que no le permitió sentir bien sus piernas en la montaña y por eso el Tour de Francia de 2016 no dejó en la retina ningún ataque de uno de los ciclistas que han labrado su reputación sobre la ofensiva. Sobre Froome, el colombiano afirmó que “es un rival muy fuerte. Me ha tocado luchar bastante contra él y seguramente en todos estos años próximos seguiremos ahí”.
Pero el balance del Tour de Francia no puede quedarse sólo en lo hecho por Nairo Quintana. Los otros colombianos terminaron la carrera y se destacaron. Jarlinson Pantano ganó la etapa 15 y fue segundo en las etapas 17 y 20. En dos oportunidades se quedó con la distinción del más combativo y participó en varias fugas. Por su parte, Sergio Luis Henao fue un gregario de lujo para Chris Froome, parte del éxito del británico es gracias a este antioqueño, quien cumplió con un extraordinario papel en su primera participación en un Tour de Francia, terminando en la casilla 12 de la general. Finalmente, Wínner Anacona sufrió una caída que no le permitió sentirse bien en los momentos claves y por eso no pudo ser el mismo de la edición anterior, en la que llevó a Nairo en varios de los duros ascensos. Pero cumplió su papel de gregario y el título del Movistar como mejor equipo es en parte suyo.
No sólo con Nairo el sueño amarillo sigue vivo. La generación de ciclistas colombianos que hay en Europa es brillante. Esteban Chaves, Miguel Ángel López, Sergio Luis Henao, Rigoberto Urán y el mismo Jarlinson Pantano tienen todo para destacarse en esta competencia. Claro que el que más cerca está de lograrlo es Nairo, quien ya es el jefe de escuadra de un equipo poderoso como el Movistar. Por ahora su objetivo será recuperarse de las molestias físicas que lo tienen debilitado y que no le permitirán estar en los Olímpicos de Río, y luego continuará su preparación de cara a la Vuelta a España, en la que sueña con terminar vestido de rojo y cosechar su segundo título en una de las grandes, tras vencer en el Giro de Italia de 2014.
Fuente y Fotografía ElEspectador.com – AFP