Fidel Castro, el líder que marcó el último siglo con su revolución de barbudos y su lucha contra Estados Unidos, murió a los 90 años. Una Cuba en duelo le rinde tributo, mientras el mundo recuerda su influyente y controvertido legado. (Lea aquí todo sobre la muerte de Fidel Castro)
El carismático padre de la Revolución cubana, que jamás se deshizo de su barba y fumó puros hasta 1986, falleció a las 22:29 del viernes, según anunció su hermano, el presidente Raúl Castro, en un mensaje televisado.
Cuba se detuvo en seco. No hubo rumores previos y, pese a la avanzada edad de Fidel Castro, su deceso tomó por sorpresa a todos. Entretanto, el exilio en Miami destapó botellas de champán. “¡Cuba libre!” y “¡Libertad, libertad!”, gritaban los férreos opositores al gobierno socialista.
Irma Hierrezuelo, una enfermera jubilada de 65 años, resumió en cambio lo que significó Fidel para generaciones de cubanos. “Él fue el otro padre que yo conocí, le debo los estudios de enfermería, se lo debo todo”, dijo esta mujer que confesó haberse medicado para controlar los nervios.
Cenizas a Santiago de Cuba
Fidel Castro se proyectó al mundo desde su pequeña isla, donde por 48 años ejerció el poder absoluto al frente de un gobierno que mudó al socialismo tras su llegada al poder en 1959, y que jamás aceptó disidencias.
Los restos del legendario dirigente serán cremados este mismo sábado.
La isla, que se preparaba para celebrar una de las gestas de su histórico líder (el desembarco del yate Granma que dio paso a la hazaña revolucionaria), guardará luto por nueve días.
Una procesión con las cenizas de Fidel Castro recorrerá el país por cuatro días hasta Santiago de Cuba (oriente), donde serán depositadas en el cementerio Santa Ifigenia el 4 de diciembre.
Fidel logró mantener a Cuba en la senda del comunismo, pese a la caída de su protector soviético a inicios de los noventa. En 2006 cedió el poder a Raúl a causa de una crisis intestinal que lo tuvo al borde de la muerte.
En febrero de 2008 renunció definitivamente a la presidencia de Cuba y en abril de 2011 a la jefatura del gobernante Partido Comunista.
Su salida del poder abrió una nueva etapa en la historia de Cuba. Sin apartarse de la línea socialista, Raúl, de 85 años, dio paso a una cauta apertura económica, pero mantiene el régimen de partido único que todavía es criticado por violaciones de derechos humanos.
Este sábado líderes mundiales reconocían el legado del dirigente cubano. El presidente ruso Vladimir Putin llamó a Fidel Castro el “símbolo de una era en la historia mundial contemporánea”, mientras su homólogo Nicolás Maduro consideró que Fidel partió “hacia la inmortalidad de los que luchan toda la vida”.
“Paró la música”
Fidel Castro había cumplido los 90 años el 13 de agosto. La vejez y las secuelas de la enfermedad lo habían diezmado, pero seguía ejerciendo gran influencia con su sola imagen o a través de esporádicos artículos de prensa.
“No creo que la muerte de Fidel cambie en nada la política del país, la política seguirá por el mismo curso que va. No es una noticia inesperada”, declaró a la AFP Carlos Alzugaray, exdiplomático y académico cubano.
Su deceso tomó en pijamas a la mayoría de cubanos. Marco Antonio Díaz, de 20 años, contó que estaba en una fiesta en La Habana cuando, de repente, detuvieron la música para dar a conocer la noticia. La celebración terminó abruptamente.
“Regresé a casa y desperté a todo mundo: Murió Fidel. Mi mamá quedó pasmada”, contó a la AFP este trabajador de una lavadora de autos.
Desde que dejó el poder, Fidel se dedicó a escribir y a recibir a personalidades en su casa en La Habana. Uno de sus últimos encuentros fue con el presidente de Vietnam, Tran Dai Quang, la semana pasada.
En los últimos años se había obsesionado con el calentamiento global, el riesgo nuclear, la sobrepoblación mundial, la preservación de la paz y Estados Unidos, su eterno enemigo.
Fidel Castro llegó a ser el más antiguo gobernante en ejercicio en el mundo y bajo su régimen nació el 70% de los más de 11 millones de cubanos.
Amores y odios
Fidel alcanzó a ver lo que parecía imposible: el fin de la enemistad con Estados Unidos, fruto de un histórico acercamiento iniciado por Raúl y el presidente Barack Obama.
Ambos países restablecieron lazos diplomáticos el 20 de julio de 2015, cerrando el último capítulo de la Guerra Fría en América.
Irreductible enemigo de Washignton, Fidel levantó un régimen comunista a poco más de 150 km de las costas de Estados Unidos, que en vano trató de doblegarlo con un embargo todavía vigente y decenas de atentados fallidos.
En uno de sus últimos escritos, el dirigente cubano se refirió al entonces candidato Donald Trump como un “descalificado”. El hoy presidente electo de Estados Unidos ha enviado mensajes ambiguos sobre el futuro de la relación bilateral.
Símbolo para unos de soberanía, dignidad, solidaridad y justicia social, el líder cubano también era para muchos la encarnación del mal, un dictador megalómano y cruel que no soportaba la crítica.
Quienes lo amaron siempre vieron en él el padre de una nación que universalizó la salud y la educación gratuitas, y promovió el deporte y la cultura.
Miriam Leyva, una opositora que perteneció a las Damas de Blanco, cree que la muerte de Fidel abrirá oportunidades. “Ya es hora de que el pueblo cubano tenga posibilidades de tener nuevos dirigentes en Cuba y poder participar en la vida política, económica y social de nuestro país por voluntad propia”, dijo a la AFP.
Simplemente Fidel
Uno de los últimos protagonistas de la Guerra Fría y de su momento más tenso -la crisis desatada por la instalación de los cohetes soviéticos con ojivas nucleares en Cuba en 1962-, Fidel Castro lideró un movimiento insurgente de alcance continental en América Latina.
Sin embargo, la izquierda en América Latina logró por la vía electoral lo que Fidel promovió con las armas. El líder cubano vivió para ver el resplandor y deterioro de gobiernos afines.
La Venezuela del fallecido Hugo Chávez le dio un respiro a la Revolución Cubana tras el derrumbe de la potencia soviética. Fidel se convirtió en el guía del entonces mandatario, que antes de morir en 2013, delegó el poder a Maduro, otro ferviente aliado de Cuba.
Nacido el 13 de agosto de 1926 en la aldea de Birán (oriente), hijo de un inmigrante gallego devenido terrateniente y una cubana humilde, Fidel derrocó la dictadura de Fulgencio Batista.
Bajo su gobierno, más de un millón y medio de cubanos abandonaron la isla por razones políticas y económicas, y se radicaron principalmente en Miami (Estados Unidos).
En abril, en la clausura del Congreso del Partido Comunista Cubano, había pronunciado un discurso con aires de despedida. “Pronto seré ya como todos los demás. A todos nos llegará nuestro turno”.
Fidel enfrentó a 11 presidentes de Estados Unidos, y en 40 años (1958-2000) escapó a 634 complots asesinos, según Fabián Escalante, exjefe de inteligencia cubano.
Fuente y Fotografía ElEspectador.com