Al menos 80 personas murieron y más de 300 resultaron heridas en un atentado con camión bomba este miércoles en el barrio diplomático de Kabul, marcando un sangriento comienzo del ramadan.
“Lamentablemente el balance subió a 80 muertos y más de 300 heridos, entre ellos mujeres y niños”, dijo el portavoz del ministerio, Waheed Majroh.
El balance puede agravarse ya que todavía se siguen extrayendo cuerpos de entre los escombros.
De momento no se conoce bien el objetivo de este ataque.
La explosión provocó una potente onda expansiva que causó numerosos daños en los alrededores.
La bomba fue accionada por “un kamikaze” a bordo de un vehículo “repleto de explosivos” en la plaza Zanbaq, en el décimo distrito de Kabul.
El estallido se produjo hacia las 08:30 de la mañana (hora local), según el ministerio de Interior.
El ataque no fue reivindicado hasta ahora. Un portavoz de los talibanes indicó en Twitter que el grupo “no está implicado en el atentado de Kabul y lo condena con firmeza”.
La explosión se produjo cerca de un retén de control en el camino hacia el palacio presidencial, y en donde se encuentran varias embajadas. En la zona del ataque se podía ver una espesa columna de humo negro.
La explosión fue tan fuerte que sacudió una gran parte de la ciudad, causando pánico entre la población.
Un fotógrafo de AFP pudo ver varios cuerpos yaciendo en tierra y heridos pidiendo ayuda recubiertos de sangre cerca de la zona de la explosión.
En el lugar de la explosión había decenas de coches destrozados. Las fuerzas de seguridad y de primeros auxilios estaban desplegados. Un helicóptero sobrevolaba la zona.
En los retenes de seguridad hombres y mujeres intentaban cruzarlos en búsqueda de sus allegados, constató la AFP.
Frente a la urgencia el gobierno pidió a la población que done sangre en los hospitales.
Las embajadas de Francia y de Alemania registraron “daños materiales”, declaró la ministra de Asuntos Europeos francesa, Marielle de Sarnez. La ministra precisó que no tenía más informaciones sobre el personal de las legaciones.
El estallido se produjo a un centenar de metros de la embajada india, declaró el embajador Manpreet Vohra al canal Times Now, precisando que ningún miembro del personal figuraba entre las víctimas.
“La explosión fue muy fuerte y los edificios de los alrededores, el nuestro incluido, registraron daños considerables en ventanas y puertas rotas”, agregó.
Este ataque se produce unos días después de que comenzara el mes del ramadán, el ayuno musulmán.
El jefe del Ejecutivo afgano, Abdulá Abdulá, condenó con firmeza el ataque en Twitter. “Estamos por la paz pero los que nos matan durante el mes sagrado del ramadán no merecen ser convocados para sellar la paz, deben ser destruidos”, escribió.
El ataque coincide con la “ofensiva de primavera” anunciada a fines de abril por los talibanes. El grupo yihadista Estado Islámico también cometió varios atentados sangrientos en la capital.
El jefe del Pentágono Jim Mattis declaró días atrás que 2017 será un año difícil para el ejército afgano y para los soldados extranjeros desplegados en Afganistán.
El presidente estadounidense Donald Trump está examinando el posible envío de miles de militares para hacer frente a la situación.
Estados Unidos, implicado en Afganistán en el conflicto más largo de su historia, mantiene a 8.400 hombres junto a 5.000 militares de los Estados aliados, cuya principal misión consiste en formar y asesorar a las Fuerzas Armadas afganas.