La situación en Venezuela no es fácil, y la Organización de Estados Americanos (OEA) ya tomó cartas en este asunto, invocando a la Carta Democrática Interamericana para este país, en una decisión sin precedentes que podría llevar a esta nación a ser suspendida de dicho organismo. (Lea: ¿Qué pasa si se activa la Carta Democrática en Venezuela?)
Las implicaciones de esto no son pocas, pues, entre otras, limita la capacidad de acción del gobierno, lo aísla internacionalmente y podría llevarlo, incluso, al rompimiento de créditos a este país otorgados por bancas aliadas a la OEA pues resultaría excluido del sistema financiero y de cooperación regional.
“La Secretaría General de la OEA considera que la crisis institucional de Venezuela demanda cambios inmediatos en las acciones del Poder Ejecutivo (…) a riesgo de caer en forma inmediata en una situación de ilegitimidad”, afirma el documento firmado por el secretario general de la OEA, Luis Almagro, que convocó este martes a una “sesión urgente” del Consejo Permanente de la entidad para discutir la situación en Venezuela.
“La continuidad de las violaciones de la Constitución, especialmente en lo que se refiere a equilibrio de poderes, funcionamiento e integración del Poder Judicial, violaciones de derechos humanos, procedimiento para el referendo revocatorio y su falta de capacidad de respuesta respecto a la grave crisis humanitaria que vive el país lo cual afecta al pleno goce de los derechos sociales de la población”, añade el texto.
De acuerdo con esa Carta, el Consejo Permanente puede disponer, con la aprobación de la mayoría de los 34 países miembros, la realización de gestiones diplomáticas, incluidos los buenos oficios, para “promover la normalización de la institucionalidad democrática”.
Ante esto, añadió Almagro, la responsabilidad de los países de la región es “asumir el compromiso” de hacer aplicar lo determinado por la Carta Democrática Interamericana “de una manera progresiva y gradual que no descarte ninguna hipótesis de resolución, ni las más constructivas ni las más severas”.
Para el secretario general de la OEA, “no existe posibilidad de normalidad democrática en Venezuela sin la necesaria disposición a la cohabitación y convivencia entre Gobierno, partidos políticos, actores sociales y la sociedad venezolana en su más amplia concepción”.
Almagro también definió como “una muy buena idea” la participación de expresidentes de países de la región, como lo expresó recientemente el titular de la UNASUR, el exmandatario colombiano Ernesto Samper.
Fuente y fotografía ElEspectador.com – Agencia EFE