Dos explosiones causaron al menos 85 muertos, de los cuales, 13 eran militares norteamericano ante las puertas del aeropuerto de Kabul, causando escenas de pánico mientras proseguían a toda prisa las evacuaciones de afganos.
Hombres con las ropas empapadas de sangre, mujeres sollozando intentaban salir del lugar, mientras algunos heridos eran transportados en carretillas. Un niño se aferraba al brazo de un hombre con una herida en la cabeza, según imágenes que circulaban por redes sociales.
Mujahid recordó que el área está “bajo responsabilidad de fuerzas de Estados Unidos”.
“Cuerpos y trozos de carne fueron echados a un canal cercano” describió un testigo presencial, Milad, a la AFP.
“Cuando la gente escuchó la explosión el pánico fue total. Los talibanes empezaron a disparar al aire para dispersar a la gente”, añadió un segundo testigo.
Este hombre aseguró que en la confusión perdió todos los documentos que le hubieran permitido abordar un vuelo con su mujer y tres hijos.
“No quiero volver al aeropuerto nunca más. Maldito sea Estados Unidos, su evacuación y sus visados”, exclamó.
Entre las víctimas hay doce soldados estadounidenses, confirmó el Pentágono.
Ataque “inminente”
Horas antes, los servicios de inteligencia de Estados Unidos y otros países habían alertado de un ataque “inminente” y pedían a sus ciudadanos que se alejaran del aeródromo.
Cuando empezaba a ponerse el sol, una primera explosión se produjo en Abbey Gate, una de las puertas de acceso al aeropuerto.
Poco después, otra carga explosiva estallaba “en o cerca del hotel Baron” a poca distancia, explicó el Pentágono.
Desde la fulminante conquista de Kabul por los talibanes hace menos de dos semanas, el miedo y la desorganización fueron creciendo dentro y fuera del aeropuerto, la única salida del país.
Miles de afganos se agolpaban día y noche para partir en un vuelo. Estados Unidos y sus aliados tuvieron que organizar a toda prisa lo que Biden calificó del mayor puente aéreo de la historia.
Duras críticas contra Biden
El gobierno de Biden, duramente criticado dentro y fuera del país por su forma de organizar la misión, insistía en que el 31 de agosto era la fecha límite para salir.
Desde el 14 de agosto más de 100.000 personas lograron escapar de la ratonera, mientras los talibanes empezaban a controlar lentamente los resortes del poder.
La amenaza de un ataque terrorista era omnipresente porque grupos yihadistas como el Estado Islámico (EI) son rivales de los talibanes, que por su parte exigían a los occidentales acabar cuanto antes con las operaciones de evacuación y abandonar del país, su objetivo durante 20 años de guerra.
El propio Biden reconoció ayer que la amenaza era inminente, días después de haber relativizado la situación en el aeropuerto.
La canciller alemana Angela Merkel denunció el atentado “absolutamente despreciable”.
“Los acontecimientos de esta tarde muestran que el riesgo es inmenso y que se trata de una situación muy, muy tensa para sacar a la gente del país”, añadió.
Alemania ya concluyó con sus evacuaciones, indicó un comunicado. El presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró en cambio que aún quedaban por evacuar a “cientos” de personas.
Varios países habían solicitado en vano aplazar la retirada de Afganistán hasta terminar la evacuación de todos los extranjeros y afganos bajo su protección.
Pero el gobierno estadounidense quería repatriar a todo su dispositivo militar que está protegiendo el aeropuerto.
Turquía anunció el miércoles que empezaba a retirar a sus más de 500 soldados no combatientes del país, con lo que quedaba descartada la posibilidad de que asumiera la seguridad del aeropuerto de Kabul.
Fuente y Fotografía Elnuevosiglo.com