En 2018 un cubano puede tener su negocio, navegar en internet y viajar al exterior. En una década, Raúl Castro transformó la Cuba que recibió de su hermano Fidel, pero sus reformas no desencadenaron el esperado despegue económico de la isla socialista.
Raúl, de 86 años y quien pasará el mando un líder de una nueva generación el 19 de abril, emprendió en 2008 una cauta reforma de alto impacto, pero el propio gobierno admitió en marzo errores y retrasos en los planes de “actualización” del modelo de corte soviético.
Los cambios previstos fueron consagrados por el VI Congreso del Partido Comunista en 2011 en 313 “lineamientos”, la gran mayoría aún por ejecutar, pues el propio presidente definió la velocidad de su aplicación: “sin prisa pero sin pausa”.
Fidel Castro murió a fines de 2016 y ahora Raúl, de 86 años, cederá su asiento a un representante de la nueva generación. El sucesor será nombrado el 19 de abril, también por la Asamblea Nacional, ratificada en marzo por la ciudadanía.
Se trata “no solo de un relevo generacional sino también del fin inevitable del modelo carismático de ‘Fidel al timón’, reformado pero no abandonado por su hermano menor”, consideró el analista cubano Arturo López-Levy, profesor de la Universidad de Texas Rio Grande Valley.
Aunque todavía no se confirma la identidad del heredero, su currículum será menos extenso que el de sus predecesores.
Por primera vez en décadas el presidente cubano no llevará el apellido Castro, no formará parte de la generación “histórica” de la revolución de 1959 y no vestirá uniforme militar. Y será la primera vez que la jefatura del gobernante y único Partido Comunista de Cuba (PCC) y el liderazgo del país sean ejercidos por personas distintas.
El primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, de 57 años, parece ser el mejor situado para presidir el Consejo de Estado, máximo órgano de gobierno.
A continuación, algunos aspectos clave.
Deshielo con EEUU
El capítulo histórico de la era de Raúl se escribió el 17 de diciembre de 2014, cuando anunció por televisión a los cubanos -mientras Barack Obama lo hacía a los estadounidenses- el restablecimiento de relaciones con Washington. En marzo de 2016 Castro recibió a Obama en La Habana. El proceso sufre un retroceso desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en enero de 2017.
Migración y viajes
En 2013 Raúl Castro eliminó enrevesados requisitos de viaje y autorizó a los cubanos a permanecer fuera de la isla hasta por dos años -siempre que lo hagan de forma legal- sin perder sus bienes o residencia. La reforma facilita las visitas y repatriación de quienes migraron. De enero de 2013 a diciembre de 2016, más de 670.000 cubanos hicieron más de un millón de viajes a otros países.
Negocios privados
Castro amplió y flexibilizó el trabajo privado en 2010. Hoy 580.000 cubanos, 12% de la fuerza laboral, se desempeñan por cuenta propia, pero la meta del gobierno era restar al menos un millón de empleados a su abultada nómina estatal en los primeros cinco años, en busca de eficiencia económica.
Queda pendiente la legalización de las pequeñas y medianas empresas privadas y la reanudación de la entrega de licencias para nuevos emprendimientos, suspendidas en agosto para perfeccionar el modelo.
Compraventa
A finales de 2011, Raúl autorizó la compraventa de viviendas, que estaba prohibida. Tres años después liberó el mercado automotor, pero los clientes de las agencias de venta estatales se quejan de los precios astronómicos, tanto para los vehículos nuevos como los usados.
Internet
Cuba permitió el acceso a internet desde zonas wifi en plazas públicas. Operan además cuatro millones de líneas celulares, a las cuales la empresa de telefonía estatal espera ofrecer el servicio 3G este año. Aun así, el país sigue estando entre los de menor conectividad en el mundo.
Inversión extranjera
El gobierno de Raúl reformó una ley para dar más incentivos a los inversionistas e inauguró el megapuerto del Mariel (45 km al oeste de La Habana), una zona franca llamada a convertirse en el principal polo industrial de Cuba.
Pero hasta la fecha, debido al embargo de Estados Unidos y las restricciones impuestas por el gobierno, el promedio de inversión extranjera está muy por debajo de los 2.500 millones de dólares anuales que el país necesita para apuntalar un crecimiento de 4%.
Deuda externa
Entre 2013 y 2016 Cuba renegoció su deuda vencida mediante el pago de 23.000 millones de dólares, con lo que espera acceder a créditos frescos. A finales de 2015, La Habana renegoció su deuda con el Club de París, congelada desde los 1980, con una condonación de 8.500 millones de dólares y el compromiso de pagar 2.600 millones de dólares en 18 años. También reestructuró obligaciones con Rusia y México.
Unificación monetaria
“Este asunto nos ha tomado demasiado tiempo y no puede dilatarse más su solución”, dijo Castro en diciembre ante el Parlamento, al referirse a la singular dualidad monetaria. En Cuba hace más de 20 años existen el peso cubano CUP (24 CUP hacen un dólar) y el peso convertible CUC (equivalente a 1 dólar), además de tasas de cambio preferenciales para empresas estatales, situación que genera distorsiones macroeconómicas. Es un tema pendiente.
Reforma agrícola
En 2008, Castro declaró “estratégica” la producción de alimentos. En 10 años, el gobierno entregó más de un millón de hectáreas de tierras ociosas a campesinos privados, concedió microcréditos, flexibilizó la comercialización y mejoró los precios de compra a productores. Pero el despegue es lento. Cuba aún importa el 80% de los alimentos que consume, unos 2.000 millones de dólares al año del erario nacional.
Fuente y Fotografía Colprensa-Elnuevosiglo.com.co