Los goles cafeteros llegaron con cabezazos de Daniel Muñoz (31) y Jefferson Lerma (42), ambos servidos por centros de James Rodríguez, quien se transforma en super héroe cada vez que viste la camisa de su selección.
Por los guaraníes descontó un insistente Julio Enciso (69) quien, tras varios intentos, conectó de derecha tras un centro del extremo Ramón Sosa, ingresado en el segundo tiempo.
Colombia fue superior en todo momento: veloz, con fácil desplazamiento por todo el campo, abriendo el juego por ambas bandas y con una capacidad de recuperación del balón que agotó rápidamente las intenciones de pressing de los guaraníes.
Tras el resultado, volvieron a escucharse las opiniones de que los cafeteros son favoritos para llevarse la Copa a casa, la segunda en su historia. Pero el DT Néstor Lorenzo se toma el tema con calma.
“Nosotros no nos creemos nada, creemos en el próximo partido, nada más. Esa es la mejor manera de llevarlo”, sostuvo. “Fue un partido muy duro. Paraguay ha hecho un gran partido (…) pero creo que fuimos justos merecedores del triunfo”, agregó.
“Estábamos bien parados antes del (primer) lanzamiento de James, pero fue un lanzamiento sorpresivo, en una técnica individual excelente, y llevó la pelota a un lugar difícil de defender”, consideró por su parte el DT del equipo guaraní, el argentino Daniel Garnero, quien destacó las chances de su equipo, que pudo conseguir un empate.
De local
En un ambiente que pudo parecerse a un partido cafetero en el Metropolitano de Barranquilla, la hinchada colombiana pintó de amarillo las tribunas del NRG Stadium en Houston, Texas. Fueron 67.000 asistentes de 72.000 bancas.
El himno colombiano fue cantado entre lágrimas por los hinchas, muchos de ellos migrantes residentes en Estados Unidos. Los jugadores paraguayos, que cantaron su himno abrazados, lucieron con el rostro adusto, sintiendo la presión.
Y ya en los primeros minutos, Richard Ríos, el hombre del Palmeiras, le arrebataba el balón a Hernesto Caballero, metiendo un potente disparo que se fue sobre el travesaño.
Los gritos de “!Lucho! Lucho!” se escuchaban desde las tribunas, pidiendo a la estrella del Liverpool Luis Díaz que hiciera magia.
Así fue. A los 12 minutos ‘Lucho’ rompió las cinturas de dos paraguayos y lanzó un centro que, si terminaba en gol, pudo competir como el mejor del torneo.
Los guaraníes trataban de obstaculizar las jugadas, caían de tres o en rombo a los armadores de juego, pero la capacidad de recuperación colombiana era rápida y el toque del balón para avanzar al área rival, veloz.
Los ataques de Colombia eran constantes. En algunos espacios, Paraguay respondía limitadamente con Luis Arce y Julio Enciso.
La primera clara de los guaraníes llegó a los 17, luego de que el hombre del Brighton cobró un tiro libre que el portero despejó.
Una lesión de Jhon Lucumí a los 25 minutos obligó a Lorenzo a reemplazarlo por Yerry Mina.
James siendo James
Pasada la primera media hora, los paraguayos parecían haber quemado gran parte de su combustible. Para ese momento, Colombia, que ya tenía diseñada la complicidad entre sus bandas, arremetió.
En sus clubes siempre ha quedado en debe. Pero cuando James se viste la camiseta de Colombia, se transforma.
Tras recibir el balón por la izquierda, James pareció dibujar con el botín un centro que llegó como imantado a la cabeza de Daniel Muñoz, quien conectó al segundo palo de Rodrigo Morinigo.
Once minutos después, el hombre del Sao Paulo cobró una falta, muy bien aprovechada por Lerma, quien conectó de cabeza, inflando otra vez las redes, en una jugada que seguramente fue soñada por sus protagonistas.
Paraguay mejora
En la segunda mitad, Paraguay pareció ordenarse un poco, aprovechando que Colombia perdía un poco el control del medio campo, cuando el cansancio se hacía evidente.
Garnero hizo cambios y colocó al lateral Ramón Sosa, encargado de servirle el balón a Enciso, quien descontó de derecha, aprovechando una demora de Mojica en volver a su posición defensiva.
Paraguay llevó al juego al campo físico y de disputa, sacando a los colombianos del partido por un momento.
Nestor Lorenzo, lució preocupado. Pero Colombia reaccionó y James trató de hacer magia, aunque se perdió una clara durante los últimos minutos, cuando optó por servirle el balón a Díaz en lugar de disparar.
En los descuentos, de un sector de la tribuna posterior al arco colombiano, algún asistente activó una bombarda de humo rojo, provocando que se encendiera una alarma y nublando la visión momentáneamente. La seguridad desalojó a los presuntos responsables.
Tras este duelo, Colombia se medirá con Costa Rica el 28 de junio en el State Farm Stadium de Glendale, Arizona, mientras que Paraguay chocará con Brasil en el Allegiant Stadium de Las Vegas, Nevada.
Fuente y fotografía ElNuevosiglo.com