Mónaco, virtualmente campeón de la liga francesa, necesita únicamente un punto para que el título sea matemático y todo apunta a que puede conseguirle el miércoles en casa ante el Saint-Etienne, en un partido que fue aplazado en abril y que se presenta ahora con aires de celebración.
El equipo de Radamel Falcao y Kylian Mbappé se siente campeón desde el domingo, con su goleada 4-0 al Lille, y sólo necesita la confirmación de la calculadora para abrir el champán.
París Saint-Germain, segundo a tres puntos, sólo tiene un partido por disputar, ante el Caen el fin de semana. Su diferencia de goles (+56) es peor que la del Mónaco (+73), por lo que sólo una improbable carambola haría campeón al equipo de la capital.
Para terminar con esa remota posibilidad matemática, un punto el miércoles en el estadio Louis II ya corona al Mónaco, semifinalista además esta brillante temporada en la Liga de Campeones.
Para Mbappé, haría falta “un terrible terremoto” para que el Mónaco no fuera campeón.
El entrenador Leonardo Jardim ha optado por mantener la presión sobre sus jugadores, intentando que no se relajen.
“Tenemos que jugar como habitualmente. Un punto basta, pero tenemos que tener la misma ambición en el juego. Si jugamos para el empate nos acercaremos a la derrota”, explicó.
El Saint-Etienne (8º clasificado) ya no tiene nada por lo que luchar, más allá del honor.
Pese a ello, Jardim quiere “seguir fuera de la euforia”, aunque no evitó hacer un guiño al premio a mejor entrenador de la temporada en Francia, que le fue concedido el lunes.
“Eso recompensa tres años de trabajo”, explicó el técnico portugués.
El Mónaco-Saint Etienne fue aplazado en abril en la 31ª jornada por la participación de los primeros en la final de la Copa de la Liga, donde cayeron ante el París Saint-Germain.
Fuente y Fotografía ElEspectador.com