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AFP-ElEspectador.com

Armar a los civiles siempre fue un elemento vital para la supervivencia del proyecto político revolucionario, según el fallecido Hubo Chávez. Por eso, después del fallido golpe de abril de 2002, su gobierno comenzó la creación de una milicia: un cuerpo de civiles preparados para defender el proyecto político ante cualquier amenaza, una especie de ejército del pueblo preparado para una guerra de resistencia.

Para ello introdujo desde 2004 una nueva doctrina militar (que transformó la seguridad en Venezuela), respaldada por un entramado de leyes que dieron luz verde a la primera Milicia Bolivariana, un elemento que Chávez elevó casi al nivel del Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional.

Según él, esa quinta fuerza podría llegar a ser de un millón de personas, pero hasta ahora los milicianos suman 500.000 “cada uno con su fusil garantizado”, según dijo Nicolás Maduro dos días antes de la marcha.

Lo grave de la situación, que provocó la alarma internacional (Human Rights Watch, EE.UU., la Unión Europea y varios gobiernos de la región se pronunciaron sobre la inconveniencia de militarizar a la sociedad), es que las milicias no son los únicos ciudadanos a los que el chavismo armó. Por eso Colombia dijo que llevará este tema ante el secretario general de Naciones Unidas.

Antes de las milicias estuvieron los llamados Círculos Bolivarianos, grupos armados que actuaban en barrios populares de Caracas (la mayoría chavistas). Muchos de ellos no eran propiamente organizaciones civiles, sino organizaciones criminales: asesinos, secuestradores, traficantes de drogas, bachaqueros y malandros, cuyo accionar delincuencial era conocido por el Gobierno, que lo pasaba por alto mientras hostigaran a la oposición. Algo que aún sigue.

Varios miembros de los Círculos Bolivarianos tuvieron acceso a armas de fuego y adiestramiento militar y terminaron convirtiéndose en cuerpos de seguridad en varias zonas. Hoy se llaman Colectivos (bandas criminales más organizadas), una rueda suelta que trata de controlar Nicolás Maduro.

En octubre de 2014, varios colectivos agremiados en el denominado 5 de Marzo se declararon “enemigos” del Gobierno. Después, varios se sumaron a esa oposición armada y comenzaron una guerra que amenaza directamente al jefe de Estado y al presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.

De acuerdo con Amnistía Internacional, cerca de 12 millones de armas ilegales circulan en el país. “Hay un alto número de armas ilegales; muchas de ellas en manos de grupos armados progobierno”, señalaba una investigación de 2014.

El chavismo hoy padece en carne propia las consecuencias de armar a los civiles, pero ante la revitalización de la oposición, decidió echar mano de todos esos grupos, aunque no los tenga bajo control.

De acuerdo con la ONG Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), durante 2016 los asesinatos y otros delitos violentos aumentaron en el país, por cuenta de una comunidad cada vez más armada. El país registró 28.479 asesinatos, una cifra que supera los 27.875 casos documentados en 2015 y que arroja un índice de 91,8 homicidios por cada 100.000 habitantes.

En las marchas de ayer, murieron un joven de 17 años tras ser alcanzado por los disparos de hombres en moto; una mujer de 23 también fue abatida por disparos de miembros de los colectivos en San Cristóbal (Táchira), además de un militar, en circunstancias no precisadas. El balance parcial da cuenta de 40 heridos, además se registraron varios incidentes protagonizados por motorizados y otros actores armados. Amedrentaron a la oposición en la autopista Francisco Fajardo, El Paraíso, Quinta Crespo, San Bernardino y San Martín, al oeste de Caracas.

La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega, pidió a los organismos de seguridad del Estado “garantizar” el derecho a la manifestación pacífica, tal y como lo hicieron once países latinoamericanos.

Pero con un pueblo armado hasta los dientes, esa es una tarea casi imposible. Además del fallecimiento del joven, las fuerzas de seguridad se enfrentaron en varios puntos del país. En ciudades de los estados de Zulia, Carabobo, Táchira, Mérida y Anzoátegui también se reportaron disturbios y varios heridos, también por armas de fuego.

Maduro activó un operativo militar y policial, según dijo, para “derrotar el golpe de Estado de la derecha apátrida”. “Hoy pretendieron asaltar el poder y los hemos derrotado otra vez, a los golpistas, a la derecha corrupta”, dijo Maduro, al anunciar la captura de 30 personas con supuestos planes para desatar hechos de violencia. Según él, el operativo cívico militar fue un éxito. Los números, como siempre, lo desmienten.

Fuente y Fotografía ElEspectador.com

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Por Oscar Mendez

Periodista Colombiano y Director del Portal Web www.radionoticiascasanare.com