BIEN ES sabido que cada vez que se enfrentan, Nacional y Millonarios no se guardan nada y anoche en el último envión, con un defensor central lanzado al ataque, los verdolagas encontraron el gol que dio paso a otra dramática definición desde los doce pasos.
Esta es la segunda oportunidad en menos de seis meses que los mismos protagonistas dirimen un título, el primero, el del Torneo Apertura, fue para los azules y el segundo, el de la Copa Colombia, anoche, para los antioqueños.
El tiempo reglamentario concluyó con tanteador de 1 por 1, similar al del duelo de ida en Bogotá. Leonardo Castro, al minuto 59 con una espectacular definición, a un pase desde mitad de cancha de Omar Bertel, puso a soñar a la hinchada celeste con el bicampeonato en la Copa.
Pero como le ocurrió en otros partidos, entre ellos uno de la liga frente al Unión Magdalena, en la agonía dejó escapar la victoria y en esta oportunidad apostar en la ruleta de los cobros desde los 12 pasos.
Transcurrió el minuto 94 cuando Aguirre, el zaguero central enviado al ataque, tal cual lo hizo Paraguay frente a Colombia con Gustavo Gómez, anticipó a Arias y decretó la paridad, sin olvidar que unos segundos antes estrelló un remate contra el vertical de la mano izquierda del golero Álvaro Montero.
5-4 quedó el tanteador en la ejecución desde el punto penal, en una tanda de cobros magistrales, salvo el de Edgar Guerra que fue atajado por el golero Mier.
Acertaron por el local Duque, Mejía, Mier, Mosquera y Ramírez. Por la visita Pereira, Vargas, Arias y Vázquez.
De nada le valió al elenco dirigido por Alberto Gamero verse mejor dispuesto en la cancha, volver a sorprender al rival con ese juego directo que le hace daño a las defensas rivales, porque no pudo aumentar la cuenta para haber puesto una mayor ventaja frente a un contrincante que, cuando no puede con argumentos futbolísticos, acude al amor propio de sus jugadores y a ese querer ganarle siempre a los azules, para equilibrar las cargas, como lo hizo anoche.
Ahora, no hay que olvidar que el árbitro Betancur y el VAR se equivocaron al anularle un gol a Silva, al sancionar una carga legítima, como falta. La segunda anotación del capitán celeste, sí estuvo bien invalidada por fuera de lugar, como la del venezolano Ramírez, porque Duque, quien estaba adelantado, la vició.
Millonarios mostró que tiene oficio, una idea clara de juego, que le permite al contrario que tenga el balón porque no va a presionarlo su propio campo, porque eso le permite mantenerlos lejos de su propio arco y le da espacios para cuando lo recupera ser punzante en ataque con dos o tres toques y un pelotazo largo.
Sin embargo, anoche en el Atanasio Girardot de Medellín, después de que salieron Silva, Castro y Cataño, permitieron que Nacional, con más ganas que argumentos futbolísticos, se le fuera encima y la consecuencia fue el empate.
En la definición, excepto en el cobro de Duque, el portero Motero se lanzó al costado donde iba el balón y hasta alcanzó a tocarlo, pero la fortaleza que me imprimieron los rivales, lo privó de atajar alguno.
En cambio Mier, en el único que adivinó la trayectoria del esférico, lo desvió. Guerra cobró a media altura a la mano derecha del golero, quien se convirtió en héroe.
Queda un duelo más entre estos enconados rivales, el del cierre de los cuadrangulares, a disputarse en El Campín.
Lo que es claro es que al estar en el mismo grupo, el B, ya no habrá una tercera final este año entre Millonarios y Nacional, pero si es posible que definan cuál pasa a la final.
Por ahora, Medellín comanda con seis unidades, las mismas que los azules, pero por el punto invisible ocupa la primera plaza.
Habrá que esperar cómo maneja el técnico Gamero la nómina para enfrentar el domingo al ‘Poderoso’ porque anoche jugadores como Silva sufrieron un gran desgaste.
A su vez, a Nacional el tiempo no le alcanza para celebrar porque es último sin puntos y si quiere ir a la final, le toca ganar los cuatro juegos que vienen.
Fuente y Fotografía Elnuevosiglo.com