Primera cita para los escaladores en el Tour de Francia. Primera cita de Nairo y Froome en la montaña. Y el ganador de este pulso fue el británico, quien mantiene el dominio del equipo Sky en el inicio de la competencia. Froome ya es líder. Llegó tercero en la quinta etapa, a 20 segundos del ganador Fabio Aru y a cuatro de Daniel Martin, segundo. Ya viste su color favorito: el amarillo. Además, le sacó tiempo a los pedalistas llamados para pelear por la clasificación general, entre ellos Nairo Quintana, quien se ubica noveno a 54 segundos del ciclista del Sky.
Cuando la carretera se empinó y aparecieron las rampas de Belles Filles, el primer corredor que se decidió a atacar fue Fabio Aru. El italiano, que viene de coronarse campeón de ruta de Italia, cambió la velocidad. Explotó. Mientras el pelotón ascendía a una velocidad de 14 kilómetros por hora, el pedalista del Astana exigió sus piernas al máximo. A falta de dos kilómetros para finalizar la competencia aceleró, pasó de 14 km/h a 20 km/h y rompió la carrera. Se fue en solitario. Mientras unos parecían frenarse en ese difícil ascenso, el italiano voló.
La ventaja que sacó lo hizo inalcanzable. No volvieron a verle la cara. Solo se guiaban por su espalda, que cada vez se hacía más pequeña por la distancia que tomaba. La lucha era por la segunda posición. Fue cuando se armó el grupo de favoritos: Nairo Quintana, Chris Froome, Alberto Contador, Richie Porte, Daniel Martin, Geraint Thomas y Simon Yates. Entre ellos se mostraron las uñas y cuando lo hicieron solo respondieron Froome, Porte y Martin. Los otros se fueron quedando. Fue un garrotazo a las esperanzas de muchos, pero a pesar de ese golpe se unieron y cazaron a los tres, aunque no fue suficiente para evitar perder tiempo.
Froome se reencontró con esa camiseta amarilla que ganó en París en 2016. Se lo cedió su compañero Geraint Thomas para tratar de defenderlo hasta el final. Ya tiene una ventaja considerable: 12 segundos sobre Thomas y 14 sobre Fabior Aru. Porte lo sigue a 39 segundos, mientras que Contador se alejó a 52 segundos y Nairo Quintana, “acusando el esfuerzo del Giro” a 54. Pero más allá del tiempo perdido, queda un sabor agridulce para Nairo y Contador debido a la falta de respuesta cuando el británico aceleró, lo que deja a Porte como el rival más directo del líder del Sky.
La etapa salió sin Sagan ni Cavendish, en medio del debate por la expulsión del eslovaco, una jornada para que los favoritos se midieran en el primer final elevado, donde cada uno tenía que mostrar sus poderes. Una escapada de ocho ciclistas: Bakelants (AG2R), Delage (Francaise), Boasson Hagen (Dimension Data), Gilbert (Quick-Step), De Gendt (Lotto-Soudal), Voeckler (Direct Energie), Van Baarle (Cannondale) y Périchon (Fortuneo) salieron a la aventura a toda velocidad, cubriendo 48 kilómetros en la primera hora.
La fuga la asumió a sus espaldas el BMC de Porte. Operación de control y luego de búsqueda y captura. Corredores como Gilbert o Bekelants eran peligrosos, así que hubo que tirar duro camino del ascenso a La Planche. Tremendo ritmo del BMC, que terminó echando abajo la aventura a cuatro de meta, coincidiendo con la puesta en marcha de la maquinaria del Sky. A pies de puerto esperaban 6 kilómetros al 8,5 por ciento de pendiente media hasta la terraza de la Planche.
En lugar de leyendas se habla del suicidio de “las bellas chicas” de la zona, que en la Guerra de los 30 años prefirieron suicidarse antes de ser violadas por los mercenarios suecos. Pero el ciclismo tiene la suya propia. Froome ganó aquí en 2012 y Vincenzo Nibali en 2014, su año triunfal en la “grande boucle”. El “Tiburón” venció con el maillot de campeón de Italia. Como Aru. Su sucesor. La sexta etapa vuelve a ser de largo recorrido: 216 kilómetros entre Vesoul y Troyes, con dos pequeñas cotas que no deberían impedir un desenlace al esprint. Los velocistas de nuevo a escena.
Etapa 6:
Fuente y Fotografía ElEspectador.com