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La falta de plata puede determinar las elecciones de Irán

AFP-ElEspectador.com

Que en Irán no se puede decir todo en público – y menos algo crítico – no es un secreto. Todo el aparato del Estado está ocupado en mantener la imagen homogénea de la República Islámica de Irán, a través de la censura y el control de las redes sociales. Con una excepción sorprendente: cada cuatro años la campaña a elecciones presidenciales rompe con el silencio dictado por el oficialismo. Hay incluso debates de los candidatos presidenciales transmitidos en vivo por la cadena estatal. Esto en un país en el que se suele censurar hasta la transmisión en vivo de eventos deportivos.

Por eso no debe sorprender, que la mayoría de los iraníes, que este viernes irán a las urnas para elegir el sucesor del actual presidente Hasan Rohaní, vieron el primer debate entre los entonces seis candidatos, que tomó lugar el 28 de abril.

Los votantes iraníes conocieron ahí algo importante: quiénes de los candidatos que desafían a Rohaní, quieren acabar con el acuerdo nuclear logrado con la comunidad internacional hace dos años y la consecuente apertura del Irán hacia el mundo. Rohaní también fue admitido como candidato por Consejo de Guardianes, entidad encargada de controlar y aprobar las solicitudes candidatos.

Con esto, se puede concluir que hay dos bandos: los que como Rohaní representan el sector progresivo y reformador. El viceministro Eshagh Dschahangiri hace parte de ese grupo. Es uno de los políticos más populares en Irán, famoso por su humildad y honestidad. En el polo opuesto se encuentra un ultraconservador religioso Ebrahim Raisí, que como rector del Mausoleo del Imam Reza en Mashhad, el santuario más importante de los chiitas iraníes, tiene el respaldo del clero.

Algunos ven a Raisí como posible sucesor del Líder Supremo, Ayatola Khamenei, quien según la constitución del Estado teócrata, adoptada en el año 1979, ejerce el poder en el país. Ese último ya dejó muy claro quién es su candidato favorito. Cuando el presidente Rohaní hace dos semanas señaló que el acuerdo nuclear era un “logro nacional”, que ha bajado el riesgo de una confrontación bélica con el extranjero, Khamenei le desmintió públicamente. Raisí es uno de los candidatos que quiere revisar el acuerdo nuclear.

Durante el debate, los candidatos conservadores hicieron énfasis en el malestar económico del país. Raisí criticó Rohani por haber descuidado los pobres, quiénes a pesar del fin de las sanciones económicas de la Unión Europea y de los EE.UU., no han sentido una mejora en su vida. La tasa del desempleo con 12,2 % sigue muy alta y recientemente los iraníes se mostraron indignados por la cantidad de habitantes de calle que están en Teherán, la capital.

Además, Raisí prometió pagarles a los pobres un equivalente de 180.000 mil pesos mensuales. Una promesa que, de acuerdo con el analista Mehdi Chaladschi, le podría traer muchos votos. “La economía no está en buen estado”, dice el docente del Washington Institute for Near East Policy. “La gente confía en Rohaní porque sentó de forma exitosa el acuerdo nuclear. Pero ahora lo que quiere la gente es saber cómo los candidatos piensan solucionar sus problemas económicos”.

Y mientras Raisí ofrece más dinero, Rohaní, en cambio, quiere reducir los gastos del Estado en ayuda directa a los pobres. Actualmente, el costo es de alrededor de 35 mil millones pesos.

Rohaní, a su vez, prefiere emplear los fondos públicos para proyectos más sostenibles y estructurales. Por ende, la reelección de Rohaní no está para nada garantizada.

Según la agencia estatal de noticias Irna, un tercio de los votantes no quieren ir a votar, y casi 50 % de los entrevistados indicó que todavía no han decidido cuál es su candidato favorito. Ahora bien, el alcalde Teherán, Mohammad Bager Qualibaf simplificó la ecuación al anunciar su retirada el lunes pasado. Al retirarse, pidió a sus votantes respaldar al conservador Raisí. Es de esperarse que compita en una segunda vuelta electoral con Rohaní el 26 de mayo.

A pesar de las diferencias, los candidatos tienen una cosa en común: el buen visto del régimen. No todos corrieron con la misma suerte. Al expresidente Mahmud Ahmadineschad, el Consejo de Guardianes le negó la candidatura. Como predecesor de Rohaní, Ahmadineschad protagonizó tensiones fuertes con Occidente y, en particular con Israel debido a su ambición nuclear. Que le negaran su candidatura indica que Irán no quiere regresar a aquellos tiempo de conflictos internacionales.

Fuente y Fotografía ElEspectador.com

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Por Oscar Mendez

Periodista Colombiano y Director del Portal Web www.radionoticiascasanare.com