Jesús Olmedo, un cura de la iglesia de la provincia de Jujuy en Argentina, lideró una “marcha por la paz y la Justicia” el miércoles. Durante el evento promovió el acto de crucifixión de cuatro personas, entre ellas un menor de 9 años que permaneció tres horas llorando.
Las personas que estaban presenciando la crucifixión hicieron un llamado al cura para que el niño fuera bajado de la cruz. Según informó el diario Clarin, durante el evento el cura pregunto a los asistentes si debían parar con la actividad. “Me están diciendo que el niño está derramando lágrimas de dolor y me preguntan si lo puedo bajar”, anunció Olmedo.
Al bajarlo, el menor no dijo ninguna palabra y, según reportó el diario argentino, el cura dijo que el niño “no quiere decir nada. ¡El silencio es más fuerte que el grito! El niño lloraba porque hacía un poco de frío. Pero también lloran los hombres”.
Según explicó el cura, el menor había aceptado participar en este ritual y contaba con el consentimiento de su madre.
El Ministerio de Educación de la provincia canceló clases para que los menores pudieran asistir a las marchas. Sin embargo, no tenían conocimiento de que la crucifixión se iba a llevar a cabo.
La tía de uno de los estudiantes asistentes al evento explicó al diario argentino Página/12, que en el pasado el cura se había crucificado y que “induce a la gente a hacer este tipo de actos. Es un perverso. Varias veces ha hecho que gente se crucifique en manifestaciones, y en los años noventa una vez hizo coserles la boca a unas mujeres”.
Fuente y Fotografía ElEspectador.com