Después de 60 días de la avalancha que arrasó a Mocoa, Carlos Iván Márquez, director de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo, y Sorrel Aroca, gobernadora de Putumayo, dieron un balance de la situación actual de la ciudad.
De acuerdo con la gobernadora de Putumayo, luego de la avalancha varios niños dejaron de asistir a estudiar. “Nuestra matrícula registrada en el Simat era de 11.119 niños matriculados en Mocoa hoy tenemos un retiro de 807. El trabajo que estamos haciendo como instituciones y padres de familia es poder llegar acompañarlos donde se encuentren y garantizarles la educación con una red de apoyo psicosocial”, explicó la gobernadora.
Las autoridades estatales no conocen la razón por la cual estos niños no aparecen reportados. Sin embargo, sostienen la hipótesis de que varios de estos niños se desplazaron a Neiva o Nariño, que fueron las ciudades que recibieron el mayor flujo de personas luego de la tragedia. Precisamente, la procuradora delegada para la Infancia y Adolescencia, Sonia Téllez, explicó que se adelantaran las acciones necesarias para proteger a la población infantil y determinar qué pasa exactamente con estos niños que no están asistiendo a clases.
A su vez, la gobernadora explicó que los niños “que están en otros municipios del departamento están yendo a la escuela, pero el poder hoy diagnosticar cuántos de ellos están por fuera del departamento es un trabajo que estamos realizando”.
El problema de la deserción escolar no es el único que se está presentando en la comunidad. De acuerdo con el director Nacional de Gestión del Riesgo, en los albergues donde todavía hay damnificados pueden existir riesgos como prostitución y drogadicción. “Los riesgos tienen que ver con la convivencia; uno encuentra que pueden estar en riesgo, sobre todo la población infantil, hay que protegerlos bastante en el sentido que se pueden dar eventos como para prostitución, drogadicción, por la pérdida de una persona o por un tema de enfermedad”, explicó Márquez.
Frente a tal situación, Márquez explicó que actualmente hay 98 familias que se encuentran en albergues y que esta expuestas a estos riesgos, por lo que manifestó la necesidad que estas personas tienen de recibir un “acompañamiento psicosocial, requieren acompañamiento familiar, requieren acompañamiento en la parte física y ser protegidos de los riesgos que hemos evidenciado”. Además, aseguró que los albergues estarán disponibles hasta que se vaya la última persona.
Fuente y fotografía ElEspectador.com