Al bajar la intensidad en el aumento de las tasas de interés con un último incremento de 0,25 % y un comportamiento en la inflación donde el costo de alimentos está cediendo, los mercados consideran que ya se está abriendo un espacio para que el Banco de la República empiece a valorar la posibilidad de bajar el costo del dinero.
Esta posibilidad se abre al confirmarse que no hubo unanimidad en la decisión de la Junta Directiva del Emisor al decidir el incremento. Cuatro directores votaron por el aumento, dos lo hicieron por mantenerla inalterada y un director votó por un incremento de 50 puntos básicos.
Alejandro Reyes, de BBVA Reseach, compartió que “la decisión de la Junta estuvo en línea con nuestra expectativa y reconocemos en la decisión dividida es una señal que nos aproxima al final del ciclo alcista de las tasas de interés”.
El experto consideró que todavía existen algunos factores de riesgo que “pueden causar algo de división en la Junta, tales como los riesgos sobre la inflación producto de las restricciones en temas de transporte y climáticos”.
Por su parte María Alejandra Martínez, directora de Investigaciones Económicas de Acciones & Valores, manifestó que “todavía hay presiones en la inflación subyacente, de modo que hacia adelante el ritmo de corrección de esta podría ser mucho más lento que la inflación total”.
Frente a la división que reflejó la votación para la subida de la tasa, el exministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, afirmó que si bien no hubo consenso como el mes pasado, el objetivo de todos sigue siendo el mismo: “bajar la inflación”.
Restricciones
“Unos creemos que la política ya es lo bastantemente restrictiva, pero un codirector, con su percepción, creyó que ahora hay más razones para restringirla aún más. Pero la visión general es la misma”, sostuvo.
Para el gerente del Emisor, Leonardo Villar, el país ya está viendo un ciclo de ajuste en el que la demanda y la oferta se están equilibrando.
“Hay sectores que se ven beneficiados con esto, como por ejemplo el de las remesas, que se benefician de la tasa de cambio más alta, lo que lleva más pesos a los sitios donde llegan las remesas”.
El gerente Villar afirmó que es imposible decir si es la última subida o no. “Es algo que vamos a ir decidiendo con los datos que dispongamos”.
Sin embargo, el economista sí aseguró que con lo que se tiene hoy ya se puede observar una inflación que puede ir a la baja, por lo que se abriría la posibilidad de que no se suba más la tasa.
“En los Estados Unidos y en la Unión Europea los bancos centrales volvieron a incrementar sus tasas de interés de política para enfrentar los altos niveles de inflación. Los riesgos sobre la estabilidad del sistema financiero continúan siendo importantes para la economía global”, afirmó el gerente Villar.
Estabilidad
De acuerdo con Anif, “la decisión responde a una desaceleración económica a un ritmo inferior a lo previsto, que se refleja a través de una disminución del ISE hasta 3,1 % en febrero y un pronóstico de crecimiento del PIB para 2023 que aumentó a 1 %. Del mismo modo, a pesar de la estabilidad en la inflación de marzo y la disminución de las expectativas a doce meses (de 7,2 % a 7,0 %), el prospecto sobre el nivel de precios sigue por encima de la meta”.
Sostiene el centro de pensamiento que “la decisión no se alinea con las expectativas de la mayoría de las entidades encuestadas que se centraban en mantener la tasa inalterada. No obstante, el dato de mercado laboral publicado inclinó la decisión hacia una posición aún restrictiva, al mostrar una caída en el desempleo y un aumento en el empleo mediante una expansión de la participación laboral. Además, factores como la reducción del déficit fiscal, la continuación del ciclo alcista de tasas de bancos centrales en Europa y Estados Unidos y la evaluación favorable de Colombia por parte del FMI, permiten según los miembros de la junta un mayor ajuste monetario”.
Señaló Anif que “es importante anotar que la Junta reafirmó su objetivo de llevar la inflación a su meta del 3 %. Además, las decisiones sucesivas dependerán de los datos disponibles, tanto internos (como el desempeño del índice de precios al productor y la transferencia de la oferta a la demanda), como externos (como la tasa de cambio y su impacto en la inflación)”.
Fuente y Fotografía Elnuevosiglo.com