Acompañado por altos mandos de la Policía y de las Fuerzas Militares, el Alcalde Enrique Peñalosa llegó ayer hasta el centro comercial Andino, en el norte de Bogotá, para verificar de primera mano los hechos ocurridos en la tarde de este sábado, en los que tres mujeres perdieron la vida y al menos otras nueve personas resultaron heridas.
“Tanto el Ejército como la Policía han designado especialistas para buscar a los responsables de este atentado cobarde. No podemos confirmar la autoría del atentado, pero es un hecho terrorista, tenemos que esperar los resultados de las investigaciones”, indicó el mandatario.
Este hecho es el segundo registrado en la ciudad que cobra vidas humanas. El primero fue perpetrado el 18 de febrero en la esquina de la carrera 5ª. con calle 27 (sector de La Macarena), tras el cual perdió la vida el patrullero del Esmad de la Policía, Albeiro Garibello Alvarado, y resultaron heridos otros 25 uniformados. Una semana después, la guerrilla del Eln aceptó la autoría de este atentado.
El 6 de febrero de 2015, en el mismo punto del centro de Bogotá encontraron un artefacto con el que pretendían atacar un CAI móvil de la Policía. La carga fue descubierta a tiempo y activada de manera controlada.
En marzo de 2015, en la calle 28 sur con carrera 29 del barrio Quiroga, delincuentes activaron a control remoto el artefacto al paso de una caravana de la institución que iba rumbo a Ciudad Bolívar. Producto de la explosión, cinco uniformados y dos civiles resultaron heridos. En esa oportunidad el explosivo que usaron fue de alto poder y se usó metralla.
En marzo de 2016, mientras se movilizaba un bus de la Armada, en el sector de Guaymaral, fue activado un artefacto explosivo, tras lo cual diez personas resultaron heridas. Ese fue el primer campanazo de alerta para la administración de Enrique Peñalosa en lo que a actos terroristas se refiere. Y puso sobre la mesa, una vez más, la discusión sobre la vulnerabilidad de Bogotá ante estos hechos.
Fuente y Fotografía ElEspectador.com