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La derrota 3-0 ayer en el Metropolitano de Barranquilla si bien es muy dolorosa, sirve para llamar a la reflexión, al análisis y aterrizar. Eso es que tanto el cuerpo técnico como los jugadores no se sientan ya clasificados al Mundial de Catar 2022, sino que entiendan que el camino hay que recorrerlo paso a paso.

Dura es esta enseñanza, en la que además quedó claro que jugar a las 3:30 de la tarde no es ninguna ventaja, porque se evidenció que se desgastaron más los integrantes del combinado patrio que los charrúas.

La goleada no significa la eliminación pero sí un campanazo de alerta de cara a lo que sigue y lo inmediato es Ecuador en la altura de Quito. El cuadro dirigido por Gustavo Alfaro tiene serias pretensiones de clasificar a la cita mundialista y está haciendo su trabajo. El jueves venció a Bolivia y ya había goleado a Uruguay 4-2.

El gran problema que tiene Queiroz es que le toca recomponer con lo que tiene y por lo mostrado ayer, no es mucho. Tal vez el único que estuvo en su nivel fue el portero David Ospina, quien evitó que el marcador fuera mucho más amplio.

Hacía mucho tiempo que no se veía a una Selección Colombia jugando un partido tan pobre como el de ayer, aunque hay que reconocer que Uruguay planteó de gran manera el partido, que presionó como si estuviera jugando en casa y que acorraló a James Rodríguez para que no generara juego ofensivo.

Cúmulo de errores

Si Queiroz observa con detenimiento y echa una mirada hacia atrás, se dará cuenta que Yerry Mina no es el defensor seguro, tranquilo, solvente de otros tiempos.

El primer gol de Uruguay ayer en el Metropolitano nació de un error en la salida. Los cánones del fútbol establecen que no se puede iniciar juego de manera frontal y menos cuando hay presión por parte del rival. Pues bien, Mina intentó hacerlo, Lerma no logró controlar el balón, los charrúas lo ganaron y “El Matador” Cavani no perdonó.

El segundo tanto nació de otro yerro, esta vez de James Rodríguez, quien normalmente en el duelo individual gana, pero ayer perdió y la defensa quedó mal parada al punto que Jeison Murillo, en su afán por despejar cometió lo que para el árbitro fue pena máxima y ahí se derrumbaron todas las ilusiones colombianas de empatar.

El tercero fue obra del joven Darwin Núñez, cuando ya Colombia estaba entregada y dando espacios para que lo contragolpearan.

Con este resultado, Uruguay sumó seis puntos y se metió en la parte alta de la tabla, mientras que Colombia descendió al sexto lugar y se queda temporalmente por fuera del grupo de cuatro clasificados directos a Catar.

La victoria es un bálsamo para los uruguayos que venían de sufrir una dolorosa derrota 4-2 ante Ecuador en Quito. Mientras que Colombia se lamentó por ceder puntos en condición de local ante un rival directo.

Para el representativo patrio y su técnico es un llamado de atención. Hay que mantener la calma y no siempre ser osado da resultados.

Queiroz frente a Chile arriesgó y logró el empate. Sin embargo ayer, se equivocó de entrada y esos errores no los puede seguir cometiendo.

Por necesidad puso a Mina junto a Murillo y los dos tuvieron fallas. No es culpa del técnico portugués, quien deberá pensar muy bien a quiénes utiliza el martes en Quito.

Es claro que Mina no está en su mejor momento y por ello Carlo Ancelotti lo ha relegado al banco de suplentes. En cambio la pareja Dávinson Sánchez- Murillo, dio resultado en Chile. Lo ideal sería que volviera a probar con los dos y darle tiempo al nacido en Guachené para que recupere la forma y la confianza.

También fue evidente que apostar por Juan Guillermo Cuadrado como lateral derecho no fue la mejor decisión. Frente a Ecuador debe utilizarlo en la zona donde mejor se siente y es en la de volantes.

De la misma manera Queiroz no puede transmitirles a los jugadores su desespero. Hacer un cambio al minuto 30 es reconocer que se equivocó, pero además volvió a errar al sacar a un volante de marca, Wilmar Barrios, para dar paso a un extremo, Luis Díaz. Con ello descompensó el equipo y lo peor es que no se percató que quien realmente no aportaba en ataque ni en defensa era Luis Fernando Muriel.

¿Qué hacer?

La derrota ya forma parte de la historia. Hoy hay que pensar en lo que viene y en los correctivos que debe tomar el técnico para no sufrir otra derrota en Quito. Por como jugó ayer Colombia y como lo viene haciendo Ecuador, el panorama pinta muy oscuro. Es por ello que hay que buscar alternativas y no solo desde la formación, sino del trabajo táctico-estratégico.

El primero que debe analizar en qué está fallando es Queiroz y saber que lo que hace se lo transmite a los jugadores, para bien o para mal. Lo segundo es no ponerse a inventar a la hora de diseñar la formación inicial porque se pierden elementos como la velocidad y picardía de Cuadrado, James se queda sin quién lo acompañe y el juego de conjunto que quiere imprimirle al equipo, se va al traste.

Eso de que “equipo que gana si se cambia” que pregona Queiroz no le está dando la razón. Ayer, nada más, Jefferon Lerma no lució porque no se sintió cómodo con Mateus Uribe a su lado, Cuadrado se sintió desacomodado como lateral y Zapata no tuvo quién lo pusiera en posición de gol porque James estuvo muy marcado y jugó un pobre partido.

Mucho análisis le espera al cuerpo técnico y a los jugadores. No se puede plantear el duelo contra Ecuador tan mal, ni se puede dar tantas ventajas. A Quito hay que ir a cuadrar caja y la única forma de hacerlo es ganando.

Queiroz dijo que “merecíamos un resultado muy diferente”, ¿jugando tan mal? Aunque tiene razón en que “tratamos de tomar todos los riesgos (…) todas las municiones de ataque las probamos”. El problema es que se le dieron espacios a Uruguay y se cometieron errores costosos que no se pueden repetir y menos frente a Ecuador.

Fuente y Fotografía Elnuevosiglo.com

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Por Oscar Mendez

Periodista Colombiano y Director del Portal Web www.radionoticiascasanare.com