Sin conocer el paradero del ex alcalde de Aguazul, José Mauricio Jiménez Pérez, más conocido como ´El Patón´ envió desde la clandestinidad una carta al ex presidente Álvaro Uribe Vélez y al Partido Centro Democrático.
El exmandatario local solicita al Senador de la República para que por intermedio suyo pueda conocerse más a fondo su caso y aún más ser escuchado libre de presiones, sesgos o intereses particulares que afecten su situación que de por sí ha sido muy complejo en los últimos tiempos.
“Excelentísimo Dr Álvaro Uribe Vélez, resaltando su noble oficio de constituir una Colombia más justa y ecuánime en todos los espectros que compromete nuestra sociedad, me dirijo a Usted, con la fe enorme de ser escuchado, pero sobre todo de que mi requerimiento sea justamente elevado, en los niveles oportunos para cerrar otro capítulo más, de injusticias en nuestro país”, aseguró Jiménez Pérez..
´El Patón en la misiva relata y hace una descripción del lugar, fecha y años en el que nació, además la economía del departamento y la trayectoria de él como político en el municipio de Aguazul y prosigue recordando a su padre Luis María Jiménez, víctima de la violencia quien su vida fue sacrificada por defender a su pueblo.
“No podría dejar pasar por alto, que soy hijo del estimado y recordado Luis María Jiménez, líder político consagrado varias veces como concejal, consejero intendencial y electo por la mayoría del pueblo de Aguazul como el primer alcalde por elección popular, pero tristemente a la vez, el primer alcalde asesinado por la lujuria de la guerra y la violencia en esta región. No es la primera vez, que este escabroso conflicto arremete en contra de mi felicidad y en contra de mi familia”, anotó.
El siguiente es el texto de la carta del Exalcalde de Aguazul, Mauricio Jiménez Pérez
11 de octubre de 2016
Señores
Partido Centro Democrático
Atn: Ex Presidente Álvaro Uribe Vélez
Excelentísimo Dr Álvaro Uribe Vélez, resaltando su noble oficio de constituir una Colombia más justa y ecuánime en todos los espectros que compromete nuestra sociedad, me dirijo a usted, con la fe enorme de ser escuchado, pero sobre todo de que mi requerimiento sea justamente elevado, en los niveles oportunos para cerrar otro capítulo más, de injusticias en nuestro país.
Como muchos lo saben, José Mauricio Jiménez Pérez es mi nombre, nací el 27 de julio de 1967, en el municipio de Aguazul, departamento del Casanare, región ganadera, arrocera y sobre todo, eje operacional y macroeconómico de transnacionales petroleras. Fui concejal del municipio de Aguazul, diputado por el departamento de Casanare y alcalde electo en dos oportunidades de la jurisdicción en mención. No podría dejar pasar por alto, que soy hijo del estimado y recordado Luis María Jiménez, líder político consagrado varias veces como concejal, concejero intendecial y electo por la mayoría del pueblo de Aguazul, como el primer alcalde por elección popular, pero tristemente a la vez, el primer alcalde asesinado por la lujuria de la guerra y la violencia en esta región. No es la primera vez, que este escabroso conflicto arremete en contra de mi felicidad y en contra de mi familia.
Por esto, lo que mencionare a continuación, esta puesto a consideración y revisión de las partes pertinentes y en sus competencias, al igual que a la justa percepción ciudadana de este esencialísimo proceso de paz. De igual manera vale la pena decir, que estoy hablando en nombre de miles de ciudadanos que por razones geográficas y razones meramente políticas, fuimos estimulados directa o indirectamente por este conflicto intestino y cruel. Todo esto sin olvidar que muchos inocentes, víctimas de los falsos testigos, odios políticos, errores procedimentales, esperan aletargados desde las sombrías cárceles, otros sin resolver en los estrados y finalmente como es mi caso, desde la ausencia triste y silenciosa, a que nuestros procesos sean revisados individualmente, tomando en cuenta nuestro material probatorio, con el fin de esclarecer en justicia, los cargos que nos atribuyen.
Pero ciudadanos de Colombia en un acto honesto y reflexivo les digo, no es ecuánime, menos justo, que muchos de los Senadores, Representantes, Gobernadores, Alcaldes, Diputados, Concejales y demás personas que hacíamos parte de la estructura gubernamental del país, solo por omisión, decisiones erradas de forma y no de fondo, por miedo y abandono del estado, hayamos sido juzgados por delitos inconexos, a veces involuntarios, que hoy nos aplastan con penas monumentales, mientras que personas de jerarquía de estos grupos ilícitos, admitiendo masacres obtienen privilegios judiciales y penas irrisorias, es decir, esta nefasta realidad no contribuye con el equilibrio y simetría en la aplicación de la ley, quiero señalar algunos casos relevantes de absoluciones y rebaja de penas: a) hubo amnistía e indultos para el M-19 a pesar de haber generado inconveniente y elocausto en el palacio de justicia, b) ley de justicia y paz para los paramilitares y hoy se avizora una nuevo proceso de paz, también se está considerando alivios judiciales para las FAR, EPL, ELN y los militares implicados en la guerra directa o indirectamente y nosotros que NO hemos participado en delitos como, desaparición forzosa, masacres, extorciones, violaciones, narcotráfico etc., no podemos obtener los mismos beneficios me pregunto.
Continuo validando, que no es un secreto que Casanare fuera un área de alta influencia por grupos armados al margen de la ley, precisamente por los intereses económicos que arroja la gimnasia financiera de los hidrocarburos, también es indispensable asegurar categóricamente, que estos grupos irregulares emergieron y fructificaron su ilegalidad, por la ausencia del gobierno central. Abiertamente digo que los alcaldes de las provincias, sufrimos de la indiferencia por parte del gobierno nacional y en algunos casos nos convertimos en figuras decorativas del escenario sociopolítico, pues el rigor y la intimidación de los violentos se imponían sobre todo criterio. Sin embargo así en nuestras jurisdicciones operara la ley del terror y la muerte, no es cierto que todos zozobramos ante el miedo y que no intentáramos con nuestras escasas herramientas, contener la destructora maquinaria de los sediciosos.
Hoy admito que eran días grises y difíciles para hablar de derechos, tiempos terribles de crudo sufrimiento, tiempos en que Colombia entera era una fosa común y los ríos eran cementerios, con todo esto, siendo Alcalde, implemente los concejos de seguridad, toques de queda, concejos de seguridad en los barrios con los comandantes de la Policía, DAS y Ejercito, fortalecí las instituciones consolidando programas de seguridad ciudadana, implementando la campaña “Vacúnate contra la violencia”, adquirí motocicletas para vigilancia y entre otras cosas, dote de cámaras el municipio, para mejorar la seguridad urbana.
El resultado de todos estos esfuerzos, se refleja en que en mi gobierno se evidenció un descenso formidable en las cifras de homicidios, en comparación con los gobiernos anteriores y posteriores.
Vale la pena decir, que me estoy refiriendo a cifras oficiales y legales. Pero no obstante, hoy soy el único alcalde del país condenado a 29 años de prisión por el cargo de “autor por omisión de desaparición forzada y concierto para delinquir”. Fallo injusto, porque a pesar de que en mi proceso están los soportes y todos los demás elementos que prueban que nunca omití mi responsabilidad con los ciudadanos que representaba, que hice uso legal de la institucionalidad para confrontar la barbarie, no fueron tomados en cuenta y al final no hubo poder humano que me otorgara el derecho al debido proceso. Más del irregular caso, es que es una condena atípica, la primera de concierto para delinquir y autor por omisión en desaparición forzada, la misma justicia aclara que nunca fui autor intelectual, ni determinador, ni coautor, ni material. Les pregunto, como puedo ser juzgado por omisión, cuando existen pruebas irrefutables de que efectué toda una cruzada como lo mencione antes, en favor de fortalecer la institucionalidad con los organismos de seguridad del estado, acciones que hicieron disminuir considerablemente la cifra de homicidios?
Y terminando, vale decir que no se tuvo en cuenta que La Corte Constitucional en reiteradas jurisprudencias, ha ordenado atender el debido proceso y la garantía del derecho de la defensa.
Pero continuo manifestando, que me llena de confianza escuchar al ex militante del M19 Antonio Navarro Wolf en columna del Tiempo de la fecha 3 de noviembre del año 2015, con su puño y letra, manifiesta abiertamente el craso error de no medir a todos los actores directos e indirectos del conflicto con el mismo rasero. Esto escribió: “Con la firma de los acuerdos de paz del M-19 con el Gobierno Nacional, se archivó el proceso penal que cursaba contra los guerrilleros. Pero los militares implicados en actividades violatorias del DIH en la retoma del Palacio, no recibieron ningún tipo de beneficio jurídico y algunos de ellos están hoy presos. He repetido que eso es inconveniente para la estabilidad de un acuerdo de paz. La solución judicial debe ser para todos”.
Con este aparte noten que en la generalidad del proceso se habla de beneficios para grupos armados al margen de la ley y de la fuerza pública, mi pregunta es y todo el aparato político administrativo nacional, que en su mayoría no ha empuñado un arma, ciudadanos, empresarios que fueron estimulados directa e indirectamente por el conflicto, deben ser excluidos de estos beneficios?
Mi respuesta categórica es NO y sé que es unánimemente compartida por los miles de colombianos que hoy envejecen en las cárceles, por delitos inconexos y hasta exóticos de este oscuro panorama nacional.
Debo pedir como derecho de igualdad, y siendo sensato con mi petición, que debemos ser incluidos en alivios de penas, justicia transicional y otras figuras jurídicas, con el fin de cerrar como lo dije al inicio de este escrito, con otro capítulo más de la perversa injusticia e impunidad que profesa nuestra historia.
Finalmente con la frente en alto desde la triste ausencia, sin antes recordarles que no le temo a la justicia a la que me someto, si no a la injustia a la que eh afrontado.
No tratando de saturara mi reclamo y mi verdad, me despido con agrado de su persona, manifestándole mi admiración y su liderazgo nacional.
El uribismo, es el equilibrio y control sociopolítico de nuestro país.
Atentamente,
JOSE MAURICIO JIMENEZ PEREZ
EX ALCALDE MUNICIPIO DE AGUAZUL
- 74.811.093