A pesar de la caída sucesiva este año de la inflación en Colombia en los dos primeros meses del año, todavía se mantiene varios puntos por encima de la registrada en otros países de la región, como Brasil, México, Chile o Perú.
En el registro, solo los datos de Argentina y Venezuela siguen desbordados en el costo de vida, por encima del registro nacional. Y aunque las cifras más recientes han despertado el optimismo del Gobierno y del presidente Gustavo Petro, al asegurar que los datos son un “éxito”, ya que en el año el precio de los alimentos solo ha subido un 1,89 % anual, esto no puede ser un factor para celebrar cuando se conoce lo que marca el índice de precios en otros países.
En la región
Al margen de los casos de Argentina y Venezuela, cuyas economías están afectadas por crisis derivadas de la situación política, Colombia registró una de las cifras más altas de inflación en la región latinoamericana, con 7,74 % anual, frente a países como Brasil, México, Chile y Uruguay.
Aunque la medición que reveló el DANE fue más baja que lo esperado por el Gobierno nacional, la cifra todavía está lejos de la meta del Banco de la República de 3 %. Y el dato del IPC también está distante de los que se registraron en países como Perú (3,41 %), Chile (4,5 %), México (4,40 %) y Brasil (4,51 %).
Para el Banco de la República, todavía hay un largo camino por recorrer antes de celebrar, sobre todo cuando se insiste en llevar el indicador hasta el 3 %. Esa distancia que falta por disminuir ha sido el argumento principal de la entidad emisora para mantener altas las tasas de interés, que, no obstante, han empezado a disminuir desde finales de 2023, tras un casi un año de sostenerlas por encima del 13 %.
Gremios como la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) y la Asobancaria han señalado que ahora sí se abre un espacio para suavizar la política monetaria del Banco de la República en lo que consideraron una medida que busca “recuperar la economía”.
En ese mismo sentido, tras conocerse los datos de febrero, el exministro de Hacienda José Antonio Ocampo escribió: “Con la nueva baja de la tasa de inflación, a 7,7% y ya por diez meses consecutivos, el Banco de la República debe hacer una reducción fuerte de su tasa de interés, de 100 puntos básicos, o sea un punto porcentual”.
Contracción
Por su parte, desde el sector privado los investigadores del Bancolombia señalan que “consideramos que se trata de un resultado positivo, aunque con desafíos por delante. Esta reducción de la inflación anual –tanto total como básica– y el ciclo de bajo crecimiento permitirían que el efecto de indexación se modere, tal que los precios del rubro de servicios puedan exhibir una dinámica menos desafiante. Además, la postura contractiva de la política monetaria, pese a que se inició el ciclo de recortes, continúa incidiendo sobre las decisiones de gasto de los hogares, fruto de ello es que la inflación, total y básica, expone una tendencia de moderación importante”.
Sostienen los economistas que “no obstante, los riesgos persisten en torno a los potenciales ajustes de los precios del ACPM y el fenómeno de El Niño. En este frente, el Gobierno no inició el proceso de ajustes del diésel en febrero, como teníamos en el supuesto sobre el que construimos nuestra proyección de inflación para este año. Sin embargo, seguirá siendo una fuente de incertidumbre palpable, debido a que la movilización de bienes, alimentos y servicios de transporte urbano, entre otros, tendrían una presión alcista. Además, existe incertidumbre respecto a cómo El Niño seguirá afectando los costos de la energía y de los alimentos perecederos”.
Aseguran los expertos que “es plausible que nuestro escenario base de proyección vigente para la inflación de cierre de 2024 (5,9%) tenga leve sesgo a la baja. Entre tanto, consideramos que la cifra reafirma nuestra visión de que en la reunión de finales de este mes el Emisor acelere su ritmo de recortes en la tasa de referencia con un recorte de 50 puntos”.
Los precios
Con corte a febrero de 2024, la ciudad con el costo de vida más alto fue Valledupar, al registrar una variación anual del IPC de 10,13 %. La capital del Cesar fue la única con dato de inflación de dos dígitos.
En segundo lugar apareció Riohacha, La Guajira, con una inflación del 9,41 %. Y el podio lo completó Sincelejo, Sucre, al reportar 9,41 % de IPC.
Lejos de estos valores están las ciudades más baratas para vivir. A partir de la variación anual de la inflación, Ibagué, Tolima, tuvo un 6,68 %. Le siguió Popayán, Cauca, con 6,34 %. Villavicencio, Meta, logró el IPC más bajo al ubicarse en 5,57 %. Bogotá alcanzó un IPC de 7,61 %, según los últimos datos del DANE, y estuvo por debajo del promedio de la inflación nacional, que llegó al 7,74 %.
Esfuerzos
Por su parte, la presidenta de la Cámara Colombo Americana, AmCham Colombia, María Claudia Lacouture, “la inflación sigue a la baja a nivel anual, pero presentó un crecimiento de 0,17 puntos porcentuales a nivel intermensual ubicándose en 1,09%, según el DANE”.
Indica la dirigente que “ante el desafío de crecimiento que tiene Colombia este año, el reto será mantener la inflación real a la baja y en un dígito para que los hogares colombianos recuperen el poder adquisitivo y podamos tener una reactivación del consumo. Este resultado favorece el insumo para que el Banco de la República, en la próxima reunión de la Junta, decida bajar de manera contundente las tasas de interés de manera que contribuya a la reactivación económica”.
Señaló la presidenta de AmCham Colombia que “frente a una nueva posibilidad de fuerte cambio en el clima, ahora hacia el fenómeno de La Niña, conviene que el Gobierno nacional construya acciones de mitigación del impacto en las familias productoras para que los precios de los alimentos no se disparen, afectando negativamente el indicador y por tanto la economía ya golpeada”.
Expectativas
Para los investigadores del BBVA, el resultado estuvo por encima de las expectativas de los analistas del mercado, que esperaban una variación mensual del 0,94 %.
La inflación de alimentos continuó descendiendo, llegando a 1,9 % en la variación anual de febrero, descendiendo 107 puntos básicos (pbs) frente al dato de enero y alcanzando el nivel más bajo desde diciembre de 2018.
Esta reducción estuvo favorecida por disminuciones en las tres subcanastas que componen los alimentos: los procesados disminuyeron en 158 pbs, llegando a una variación anual de 4,8 %; las carnes disminuyeron en 72 pbs, llegando a una variación anual de 3,1 %; y los perecederos disminuyeron en 65 pbs, llegando a una variación anual del -3,4 %.
Los sectores que bajaron
La inflación sin alimentos descendió en 49 pbs entre enero y febrero, ubicándose en una variación anual de 9,2 %. El principal descenso se dio desde la canasta de bienes, que cayó en 148 pbs y se ubicó en 4,3 %. Las disminuciones en esta canasta siguen favorecidas por efectos estadísticos de comparación contra altos niveles en 2023.
La segunda canasta que más disminuyó dentro de la inflación básica fue la de regulados, al restar 40 pbs frente al dato de enero, ubicándose en 16,0 %. Esta exhibe aún presiones desde subclases como los combustibles, la electricidad y el transporte urbano.
La canasta de servicios disminuyó en 16 pbs, registrando una variación anual de 8,5 % en febrero. A pesar de ello, esta canasta sigue presionada al alza por subclases como los arriendos, las comidas fuera del hogar y de servicio a la mesa y los servicios relacionados con la copropiedad. Estas dos canastas reflejan algunas disminuciones frente a los datos registrados en el mismo mes de 2023, pero se mantienen muy por encima de sus promedios históricos.
Con lo anterior, en el BBVA esperamos que la inflación mantenga su senda de reducciones, pero con presiones por factores de indexación que se ven reflejadas en moderaciones más lentas desde las canastas de servicios y regulados. Con esto, la inflación total cerrará el 2024 en 5,4 % y el 2025 en 3,8 %.
Fuente y Fotografía Elnuevosiglo.com