Durante meses, Donald Trump gozó de un cubrimiento mediático sin examen crítico que le permitió vencer fácilmente en las primarias republicanas”, explica Angelo Carusone, experto en análisis de medios.
Hoy, aunque un poco tarde —opina Carusone—, los medios comienzan a reaccionar. Después de tener una cobertura ilimitada, la tendencia parece revertirse, pues ahora cada una de sus palabras es sometida a un profundo escrutinio. The New York Times, por ejemplo, denunció “las mentiras” de Trump y publicó documentos que demuestran cómo el magnate usó lagunas fiscales para evitar el pago de impuestos. Un terreno fangoso en el que sigue hundido el candidato.
El influyente diario le dio además su apoyo a la candidata demócrata, Hillary Clinton, con un mordaz editorial en el que dijo que “Trump cultiva la intolerancia, las fanfarronadas y las falsas promesas”.
The Washington Post fue el que reveló que la Fundación Trump no tiene la certificación que necesitan las organizaciones benéficas que operan en el estado para pedir dinero al público. El fiscal de Nueva York le ordenó cesar de inmediato cualquier actividad de recaudación de fondos en Nueva York.
La credibilidad del magnate inmobiliario entre la prensa alcanzó un nivel tan bajo que incluso una decena de medios tradicionalmente conservadores llamaron a no votar por un “inepto” para servir a su país.
El Dallas Morning News y el Arizona Republic tomaron la histórica iniciativa de apoyar a un candidato demócrata. El USA Today, que en sus 34 años de existencia jamás tomó partido por un candidato, llamó a sus lectores a “resistir el canto de sirenas de un peligroso demagogo”.
Y como suele hacer cuando es criticado, Trump tachó a los medios de “corrompidos y repugnantes” y se jactó de “haber aprovechado las leyes impositivas en su beneficio de forma brillante”.
En problemas
Según las encuestas, la intención de voto por el republicano comienza a caer. En los últimos días ha caído seis puntos por lo que su estrategia parece haberse agotado. Al igual que su patrimonio, que estaría mermado según la revista Forbes.
En su lista de los 400 hombres más ricos de este año, la revista encontró que Trump cayó 35 lugares, ocupando el puesto 156 del listado, tras perder 800 millones de dólares. Igual tiene una fortuna neta de 3.700 millones de dólares, destaca la publicación.
Trump ha desembolsado siete millones de dólares para su campaña y ha pedido prestado otros 48 millones que posiblemente no recuperará, añadió la revista.
Pero, como la experiencia en Colombia y el Reino Unidos señala, no hay que cantar victoria. Según anunció la campaña, el republicano tiene bajo su manga un as que utilizará pronto.
Se trata de revelar una supuesta infidelidad de la candidata demócrata a su esposo, el expresidente Bill Clinton.
Aunque desde las huestes republicanas le han advertido que usar esa carta podría ser contraproducente (Trump lleva a cuestas tres matrimonios y varias historias de infidelidad), el magnate acosado por los escándalos puede usar la información en los próximos días. Es el voto de varios republicanos moderados el que está en juego. Michael Reagan, hijo del expresidente Ronald Reagan, aseguró en Twitter que ni su padre ni él apoyan a la “basura” de Trump.
Estos comentarios de Michael Reagan contra Trump se suman a los pronunciados por otros tradicionales pesos pesados del Partido Republicano, como el expresidente George H. W. Bush (1989-1993) y sus hijos el expresidente George W. Bush (2001-2009) y el exgobernador de Florida Jeb Bush.