Cuando empezó el conflicto, desde varios países, incluido Colombia, se percibió como una guerra ajena que no lograría alcanzarnos por su lejanía. Por los efectos de la globalización, y luego de que empezaron las sanciones comerciales, algunos apostaron a que Rusia retrocedería. Pero su impacto en el país hoy se siente más cerca y esta coyuntura ha tocado la economía. No en vano la disparada de la inflación, que hoy afecta el bolsillo de los colombianos, se debe a esta situación, impacto que también se percibe en los países vecinos y en toda América Latina.
Sin duda Colombia ya siente gran parte de los efectos, sobre todo en su comercio exterior por los altos precios de alimentos, además de los insumos para el sector del agro, el fenómeno de la inflación, los precios del petróleo y el carbón, entre otros aspectos.
En este sentido, Juan Pablo Espinosa, director de investigaciones del Bancolombia, se refirió al valor de las importaciones sin el costo de fletes, que totalizaron US$5.304 millones en febrero; es decir, tuvieron un avance mayor que las exportaciones del mismo mes, tal que el déficit comercial se ubicó US$1.102 millones. Este registro fue el segundo máximo déficit comercial para el segundo mes del año, después del registrado en 2015.
Para el experto, es de esperar que el déficit comercial se siga deteriorando, pero a un menor ritmo al observado el año pasado por los problemas que puedan ocasionar los cierres en China sobre los costos marítimos.
Con respecto al petróleo, Espinosa señala que un incremento de los precios internacionales como el que se está observando no genera en Colombia los efectos positivos que pudo haber propiciado en años anteriores.
Esto se debe a que recientemente los volúmenes de exportación han bajado, al tiempo que el consumo interno se ha incrementado y el déficit del FEPC (Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles) se ha ampliado. Por esta razón, según el experto, la sensibilidad tanto de la tasa de cambio como de las cuentas fiscales a los incrementos del crudo es actualmente baja.
“Si a la compleja combinación de fuerzas alcistas que está operando hoy en día se le agrega una afectación prolongada en la disponibilidad de productos como maíz, trigo, cebada, aceite de girasol o fertilizantes, se aleja la posibilidad de una pronta corrección de la inflación de alimentos”, afirmó.
Por otro lado, el analista dijo que la importancia que tiene Rusia en la generación de algunos elementos esenciales para la producción de automotores podría generar presiones adicionales en los costos de fabricación que serían transferidos en buena parte al consumidor final.
Los mercados
Otro efecto de la guerra entre Rusia y Ucrania que puede traer repercusiones en nuestro país es que la aversión al riesgo que ha marcado el rumbo de los mercados financieros en las últimas jornadas se prolongue por un tiempo adicional.
Para Colombia esto podría traer consigo presiones al alza en la tasa de cambio, la prima de riesgo soberana y la pendiente de la curva de deuda pública, que se añadirían al riesgo idiosincrático de la incertidumbre electoral.
De otro lado, el director de investigación de Bancolombia dijo que los eventos recientes intensifican las fuerzas de estanflación que han hecho su aparición en la economía mundial desde el año pasado. Esto representaría un riesgo en materia de crecimiento, puesto que puede afectar la demanda externa por productos colombianos.
Además, la combinación de un crecimiento más lento con una mayor inflación hará mucho más lenta la actuación futura de las autoridades económicas, especialmente en el frente de la política monetaria.
En este sentido, contener la inflación, pero al mismo tiempo intentar frenar las afectaciones sobres los hogares y las empresas en un contexto como el que enfrenta el mundo en estos momentos, hará que la normalización de la política monetaria se haga más lenta y compleja no solo en los países desarrollados, sino también en los emergentes.
Asobancaria
De otra parte, hace unos días, la Asobancaria presentó un análisis en donde aseguró que las consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania en el comercio externo colombiano tienen una afectación negativa sobre el flujo de bienes específicos relacionados principalmente con el sector agropecuario, y a la vez genera mayores presiones sobre la inflación de alimentos.
Por otro lado, el aumento en los precios de las materias primas como el petróleo y el carbón puede contribuir a reducir el déficit en cuenta corriente y fiscal, mitigando así la vulnerabilidad externa.
Sostiene el gremio financiero que el comercio exterior de Colombia con los países involucrados en el conflicto bélico (Rusia, Ucrania y Bielorrusia) representó el 0,42% de las exportaciones totales de Colombia en 2021, mientras que los mismos países participaron con el 1,41% de las importaciones para el mismo año, hecho que se tradujo en una balanza deficitaria de Colombia en los tres casos.
Para Asobancaria, a la luz de estas proporciones, si bien se aprecia que la guerra que tiene lugar en estos países limita el impacto sobre el comercio colombiano de bienes y servicios de manera directa, al analizarse la información con una mayor desagregación, se observa que existirá una afectación sobre bienes específicos que, a su vez, repercutirá en la inflación.
El gremio dice, en su análisis, que en lo que concierne a Rusia, el socio comercial más importante de estos tres países, las exportaciones con destino a este país sumaron US$139,6 millones en 2021, representando apenas un 0,34% del total de las ventas externas de Colombia. La mayoría de las exportaciones a Rusia (42,7%) hace referencia a carne deshuesada o picada de ganado bovino, totalizando US$59,7 millones en lo corrido de 2021.
Si bien la suma parece menor, esta pesó el 46,5% del total de las exportaciones colombianas de este tipo de carne que se transó en el mundo en el 2021, de manera que las sanciones impuestas a este país le cerrarán las puertas a un mercado promisorio para Colombia, aunque desde luego la alta demanda por carne a nivel global y local permitirá encontrar mercados sustitutos que atenuarán posiblemente su efecto negativo.
De lado de las importaciones colombianas procedentes de Rusia, dice en su informe Asobancaria, estas sumaron US$533,7 millones, es decir, el 0,9% del total de las compras externas colombianas. El principal bien importado de Rusia fueron los abonos (43,7%), en su mayoría fertilizantes minerales o químicos nitrogenados como la urea, que totalizaron US$233 millones.
Ahora, si a estas se suman las importaciones de abonos provenientes de Bielorrusia (US$92 millones), se tiene que, en conjunto, más del 30% del total de las importaciones colombianas de fertilizantes provienen de ambos países, hecho que, ante el cierre de estos mercados, supondrá mayores presiones sobre los precios de los alimentos y la inflación total.
El comercio con Ucrania
Respecto al comercio con Ucrania, en el 2021 Colombia exportó a este país poco más de US$32 millones, cifra que representó el 0,08% del total de las exportaciones colombianas para el mismo año. Del total del monto, más de la mitad correspondieron a ventas externas de banano, aunque estas fueron solo el 2,0% de las exportaciones totales de esta fruta.
En cuanto a las importaciones desde Ucrania, estas acumularon US$232,6 millones, siendo las principales las asociadas a productos intermedios de hierro y acero (64,4%), que sumaron US$150 millones. Debe resaltarse que este monto representó cerca del 71% del total de las importaciones colombianas por este concepto, de manera que la rápida sustitución de estas resultará imperativa para la industria colombiana.
Asobancaria dice que, de mantenerse los elevados precios de los hidrocarburos, el déficit en cuenta corriente de Colombia podría llegar al 3,4% del PIB, menor al 4,4% que se preveía a comienzos de años.
El gremio agrega que el déficit podría oscilar en un rango de 2,6% a 4,2%, dependiendo de la prolongación de la guerra y la profundización de las sanciones financieras a Rusia.
Fuente y Fotografía Elnuevosiglo.com