• vie. Abr 19th, 2024
Gustavo Torrijos/ElEspectador.com

En apenas dos partidos Independiente Santa Fe hizo historia y salvó la temporada. ¿Por qué? Pues gracias a su victoria de 1-0 ante Medellín, conquistó su tercera Superliga Águila y levantó su octavo trofeo desde 2012. El club cardenal, que durante más de tres décadas tuvo que conformarse con ver celebrar a sus rivales, completó seis años seguidos ganando algún trofeo, en la que es, sin duda, la mejor década de su historia.

En 2012 logró la Liga, después de 37 años. Un año después se llevó la Superliga contra Millonarios. En 2014 volvió a conseguir la Liga y en 2015 hizo doblete: Superliga contra Nacional y Copa Sudamericana. El año pasado otra vez celebró por partida doble: la Copa Suruga en Japón y la Liga, la novena de su historia.

En un partido discreto, pero intenso y muy disputado, el Expreso Rojo, que llegó a 17 partidos oficiales invicto, ratificó que se convirtió en un equipo de finales, que sabe cómo afrontarlas y sacarlas adelante.

El plantel que dirige el argentino Gustavo Costas no fue un dechado de virtudes futbolísticas, debido también a que sus jugadores acusaron la falta de sensibilidad con la pelota, pues están en plena pretemporada. Eso sí, volvió a mostrar orden, disciplina y seguridad defensiva.

Y, cómo no, marcó la diferencia con su fórmula preferida, la pelota quieta. Después de un duelo en el que apenas tuvo dos llegadas claras, por una del Medellín, Santa Fe logró la victoria con un gol a los 79 minutos.

Ómar Pérez, la piedra angular del club albirrojo de los últimos tiempos, quien completó su noveno título vestido de rojo, cobró impecablemente un tiro de costado que cayó justo en el centro del área y fue levemente desviado por el defensa Andrés Mosquera Guardia. La pelota se fue al fondo de la red y los 25.482 mil hinchas santafereños que llegaron a El Campín comenzaron su ya tradicional ritual de celebración.

Poco pudo hacer Medellín en los minutos finales. Los rojos paisas fueron algo mejores en el juego de ida, en casa, pero en Bogotá quedaron en deuda, especialmente sus figuras: Juan Fernando Quintero, Cristian Marrugo y Hernán Hechalar.

Por Santa Fe tampoco hubo una gran figura, aunque vale destacar la actitud que siempre demuestran y contagian Yeison Gordillo y Juan Daniel Roa, otro que sigue haciendo historia, pues llegó a ocho títulos con Santa Fe, los mismos que Yulián Anchico, quien fue homenajeado antes del encuentro y se irá al Bucaramanga, y, quién lo creyera, Héctor Urrego, el defensa central en el que nadie creía y ya es un histórico del león.

Por las nuevas disposiciones de la Conmebol, sobre la asignación de cupos a torneos internacionales, la Superliga no le otorgará a Santa Fe cupo a Copa Sudamericana, como era tradición, pero sí un jugoso premio de $500 millones y, sobre todo, un nuevo trofeo para sus vitrinas, esas que cada año ha tenido que remodelar para abrir un nuevo espacio desde que su exitoso presidente, César Pastrana, asumió el reto de devolverle al primer campeón de Colombia el respeto y la grandeza que estuvo a punto de perder.

“Santafecito Lindo”, como le decían de cariño sus hinchas, llegó a 16 títulos en su historia (nueve ligas, tres Superligas, dos Copas, una Suramericana y una Suruga). Ahora vendrán dos importantes retos. La Liga Águila, en la que debutan apenas hasta dentro de 15 días, y la Copa Libertadores de América, en la que se estrenará el 9 de marzo y en la que enfrentará en el Grupo 2 a Santos de Brasil, Sporting Cristal de Perú y un equipo proveniente de las fases previas.

Fuente y Fotografía ElEspectador.com

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Por Oscar Mendez

Periodista Colombiano y Director del Portal Web www.radionoticiascasanare.com